Hay que reconocer que en el Paraguay no tenemos buenos ejemplos de quienes hacen política de un modo corporativo-familiar. La experiencia nos dice que cuando hermanos, tíos, primos, cuñados, esposos son políticos, termina desarrollándose con el tiempo una red que por su perverso funcionamiento se convierte en claque.
Hace unos días se publicó que la presidenta de la Junta Municipal de Asunción, Gladys Cattebeke (partido UNACE) incorporó a 5 miembros de su parentela a las oficinas de la Junta.
Entre ellos están su hija, su hijo dos nueras y uno de sus consuegros con la particularidad de que una de las nueras maneja el dinero de la oficina. Todo muy bien organizado como lo podrán apreciar. Se cumple aquí aquel principio de que "la caridad comienza por casa".
Hay quienes ven un lado positivo
Quienes ven el lado positivo y digno del asunto, dirán que se trata de una familia que ha hecho del servicio a la comunidad o a la nación un apostolado en virtud del que pone a favor de la República su vida, su mejor afán y una dedicación que merece el encomio y el reconocimiento público.
Dirían incluso que es una exaltación del patriotismo, una manifestación de renunciación a otros menesteres para sacrificarse por los demás, desde la política. Uf!
El garrapatismo franquista
El Vicepresidente de la República Federico Franco es hermano del intendente de Fernando de la Mora, esposo de una diputada, hermano de un senador, cuñado de una senadora, tío de funcionarios públicos y no seguimos más porque podemos exponer aquí un frondoso árbol genealógico de parentela pendiente de los glóbulos rojos estatales.
Que quede claro que no hablo ni de la capacidad de gobernar ni de la inteligencia del Vicepresidente de la República. Digo más, siento por Federico un gran aprecio y un sentido de gratitud porque cuando como vecindario recurrimos a él en su carácter de Intendente de Fernando de la Mora hace ya unos años, nos escuchó y nos dio una respuesta positiva al reclamo contra el funcionamiento de una planta procesadora de cueros que contaminaba el aire, el suelo y el agua.
Federico fue uno de los mejores intendentes que tuvo Fernando de la Mora. Mejor que el ahora senador Yoyito Franco, su hermano.
El más triste caso de “familia garrapata”
El más lúgubre caso de “familia garrapata” fueron los Argaña ya en el tramo final del Partido Colorado en el poder y probablemente de ahí nos viene la particular fobia al garrapatismo político.
La intención de este artículo no es menoscabar la figura de Federico ni de cuestionar su gestión actual.
Lo que planteamos es lo que ya surgió cuando los sobrinos del Presidente de Fernando Lugo hicieron su aparición en las planillas de cargos públicos con jugosas remuneraciones.
Las veces que surgen situaciones así se elevan las voces de protesta porque es evidente que hay un entorno familiar intentando sacar provecho de la situación favorable del pariente poderoso. Esto es ofensivo a la conciencia ciudadana y el nepotismo es perverso aquí como en cualquier parte del mundo.
Es lo que nos pasa cuando vemos a los Franco, todos prendidos como garrapatas a los capilares del presupuesto nacional.
Probablemente todos ellos sean puntuales cumplidores de sus tareas, responsables y criteriosos pero tal vez también el índice de enojo ciudadano suba de punto cuando sepamos la sumatoria de todo lo que cobran mensualmente del erario público, incluso cumpliendo tareas relevantes y trascendentes.
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