Como lo señalabamos una semana atrás, el escandalismo se ha vuelto un deporte nacional fundamentalmente practicado por los políticos para desviar la atención. Da la impresión de que se organizó un calendario de escándalos para ponerlos en cartelera de un modo coordinado y armonioso a fin de desviar organizadamente, la atención pública.
Sin embargo, no se trata de que exista un organizador exclusivo sino que aparentemente existe un proceso democrático en virtud del que quien se ve afectado por un escándalo tiene el derecho de organizar otro a fin de que la gente se olvide del suyo y se ocupe ahora de otro.
Como hay escasa creatividad se recurre a la fabricación de bombas de estruendo.
La delicadeza de los terroristas
Hay que elogiar a los bombistas que toman todas las precauciones para evitar hacer daño a terceros ya que se aseguran de que la Policía descubra las bombas con el debido tiempo a fin de organizar la ordenada evacuación de los edificios y manipular las bombas con delicadeza y tiempo a fin de inducir su explosión de un modo seguro incluso para que la gente pueda tomar fotografías del momento, con sus celulares.
Una especie de terrorismo bondadoso como no existe en otras partes del mundo. Son terroristas considerados, llenos de magnanimidad y misericordia que colocan las bombas en lugares bien visibles para que los que están ingresando a los edificios, las vean claramente y puedan dar aviso a las fuerzas del orden que como su nombre lo indica, ordenadamente van y proceden a desactivarlas.
El problema radica en que un país necesitado del trabajo, deja de trabajar. En vez de concentrarnos en realizar nuestras tareas con prontitud y eficiencia, comenzamos a divagar y a hablar de temas absolutamente improductivos.
Y se está generando una cultura del escandalismo. El fútbol no escapa a esta estrategia y verán ustedes que el técnico del Club Cerro Porteño, aprovecha el aprendizaje y busca desviar la atención de los seguidores azulgranas denunciando una presunta confabulación referil que según él, beneficia a sus rivales en la lucha por el titulo en perjuicio de su equipo.
Es decir, el escandalismo está teniendo derivaciones insospechadas y va generando una industria del pretexto para no hacer lo que cada uno debe hacer. Se implanta así un estancamiento y ganan los pescadores en río revuelto.
Rara suspensión de una visita
Para hoy estaba prevista la visita de Miguel López Perito, secretario del Presidente Fernando Lugo al Vicepresidente de la República Federico Franco para limar asperezas y superar el desamor y la desconfianza que se había instalado entrambos.
Iba a ser un acontecimiento de alto impacto mediático pero da la impresión de que como ya la atención pública estaba suficientemente desviada, el visitante prefirió suspender la visita y dejarla para otro momento más propicio.
Puede ser un subproducto de la aparición de bombas y la necesidad de organizar mejor la sucesión de acontecimientos desviadores de atención pública.
No caer en la tentación
Hay que reconocer que el gobierno se ha beneficiado del desvío de la atención pública pero le puede costar caro el tema porque se le va de las manos. En una de esas se enfrenta a la tentación de adoptar medidas extraordinarias para asumir poderes extraordinarios.
Ha ocurrido así en otras partes.
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