Armando Espínola no puede ser pornoembajador paraguayo en Chile

No tiene sentido seguir con la historia del “pornoembajador”. El gobierno debe dar un corte definitivo al tema y evitar ofensas innecesarias a los chilenos. Tras divulgarse las fotos de la fiesta privada, la imágen pública de Armando Espínola no califica para una misión diplomática y lo que corresponde es anular la designación.

Es probable que Espínola sea víctima de una extorsión tal como lo ha señalado, por parte de Juan Carlos Calvo pero esa es una cuestión que él tendrá que dirimirla en la justicia.
Se ha violado su intimidad y eso configura un delito pero no se puede pasar por alto la estupidez de someterse alegremente a ser fotografiado en poses lamentables con todo el riesgo que ello significa para su reputación y sus vínculos familiares.
Es evidente que la cuota de irresponsabilidad de Espínola es elevadisima y está pagando un alto precio por ello al ser la comidilla del momento.
Lo concreto es que como ya han surgido voces desde distintos sectores, el gobierno debe anular cuanto antes la designación de embajador ante el gobierno de Chile que le otorgó al político del Partido Liberal Radical Auténtico.

Reacción extemporánea
El abogado de Espínola, Osvaldo Granada se manifiesta convencido de que las cuestiones privadas están exentas del juzgamiento público. Tiene razón cuando se refiere a una cuestión privada pero el caso de su defendido, es absolutamente público. Internacionalmente público. La esfera de la intimidad del acto es compartida por millones de navegantes de Internet por lo que el comentario del letrado ha sido rebasado por la gran divulgación del hecho privado.

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Armando Espínola dimite como embajador paraguayo en Chile