La Policía paraguaya no expulsa sino traslada a los jefes corruptos. El concepto es “mejor tenerlos adentro de la institución que afuera porque afuera, son más peligrosos. Se convierten en temibles “bandidos”. Extraen toda su sabiduría y experiencia en el control del bandidaje, para ejercerlos como bandidos. Suena aberrante y al colmo de la impunidad pero los propios ciudadanos que conocen el manejo, nos señalan que hay sabiduría en la disposición.
Una muestra de esto que estamos diciendo aconteció ahora en Guayaybi, Departamento de San Pedro en donde jefes y subjefes de comisarías fueron relevados por disposición de la Jefatura de Policía, tras la incautación de casi tres toneladas de marihuana prensada.
Los “capos” policiales de la zona supuestamente intentaron negociar con el transportador de la droga. O sea, el sheriff negociaba con el bandido, algo así como que Pat Garret quiere compartir el botín con Billy the Kid.
Los traslados
De ese modo, el comisario Virginio Recalde, jefe de la comisaría de San Pedro, ahora fue trasladado como jefe de la comisaría de Tacuatí.
Del mismo modo, el comisario Carlos González fue trasladado a la comisaría 1ª de San Pedro del Ycuamandyjú, mientras que en su reemplazo fue designado el comisario Principal Bernardo Aveiro.
También fue trasladado el jefe de la comisaría de Jejuí, comisario Principal Ricardo Ayala, quien fue designado a la comisaría de General Resquín.
El tema es que el cargamento de marihuana transitaba libremente por la zona con la vista gorda de los policías, hasta que la carreta con “la merca” llegó al Barrio San Pedro, se sospecha que los policías de la comisaría local habrían intentado “llegar a un amistodo acuerdo”.
Los testigos comunicaron la irregularidad al fiscal antidroga de San Pedro, Víctor Joel Paredes, quien allanó el lugar indicado donde encontró 2.877 kilos de la marihuana de alta calidad.
No habrá "baja deshonrosa"
Los oficiales policiales no serán degradados ni dados de baja deshonrosa. No irán a la cárcel sino a cumplir nuevas funciones institucionales.
Es el colmo de la impunidad, una afrenta a la razón pero he hablado con dirigentes de zonas rurales que trabajan de cerca con la Policía. Me dicen ellos que es apropiada la medida porque si se pasan a las fuerzas del mal, los ex policías son los peores enemigos de la sociedad.
"Se las saben todas, tienen el conocimiento, buen manejo de armas, los contactos, conocen las flaquezas de la Policía....es mejor tenerlos adentro, bajo control”.
Tengo mis muy serias dudas de que se esté obrando correctamente.
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