Levanta la visión hacia ese campesino al que tus padres le adquirieron por dos platos de poroto sus tierras cuando por circunstancias de la vida se vieron obligados a malvenderlas. No rehuyas la mirada de quien compraste sus “derecheras” cuando estaba gestionando el título de sus tierras y de un modo oportunista le birlaste la posibilidad de tener una finca.
Te quedaste con sus derechos y te frotaste las manos pensando en el fenomenal negocio que hiciste a costa de condenar al campesino a un futuro gris y miserable
Anexaste a tus campos, las tierras de quien hoy se ve obligado a invadirte porque pensaste sólo en ti y no te importó la suerte de tu vecino. Piensa en eso.
No cierres los ojos ante aquel a quien pudiste haber ayudado y lo abandonaste a su suerte para que se viera en la situación de arrodillarse y poder quedarte con sus propiedades.
Por un momento sé justo
Piensa en esas familias sub alimentadas. Piensa en sus hijos sin escuelas.
Muchos de ellos eran los legítimos destinatarios de las tierras con las que tu te quedaste porque tu padre era el General fulano o el Coronel perengano y el dictador Stroessner compraba sus lealtades dándoles lo que era para otros.
Hoy exiges que respeten tus derechos constitucionales pero olvidas el modo en que te apropiaste de tierras que no te correspondían. No olvides eso.
No trates igual al abigeo que te roba para lucrar y al que faena una vaca tuya para alimentar a su familia.
Ganadero, si has conseguido lo que hoy tienes a puro esfuerzo y creatividad y puedes levantar la cara sin temor a avergonzarte. Felicitaciones!, pero, no te desentiendas del problema de tu hermano en dificultades.
No digas simplemente “que lo resuelva el Estado” porque también está en tus manos contribuir a mitigar esa situación insostenible. No te laves las manos así.
Si tu sector exporta 400 o 500 millones de dólares por año ¿por qué exiges al gobierno que invierta el 1% de ese monto para instalar un laboratorio de carne y mejorar las perspectivas de exportación de productos con mayor valor si tienes recursos para financiarlo tu mismo.
Se justo. Deja que los 4 o 5 millones de dólares se destinen a la construcción de escuelas u hospitales.
No actúes de un modo que la gente diga que tus vacas tienen más peso político y económico que los pobres que viven excluidos del proceso de desarrollo y sus chanchos no tienen un lugar donde ser amarrados.
No te opongas a la reforma agraria ni presiones al Congreso Nacional para que recorte el presupuesto del Instituto del Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT).
Esa es la institución que debe encarar la reorganización de campesinos sin tierras para que produzcan y tengan las oportunidades que hoy les son negadas.
Analiza la situación con sabiduría
No te manejes con egoísmos. Piensa que el desarrollo de los que hoy invaden tus campos por falta de perspectivas, hará que tu ganado paste tranquilo en tus nuevas pasturas implantadas. La reforma agraria que hoy te empecinas en trabar, es la garantía de tranquilidad que hoy no tienes.
Si es necesario que cedas una parte para resolver el problema, actúa en consecuencia y cuando vayas a acostarte tras una jornada agotadora podrás dormir tranquilo.
Actúa como esos ganaderos paraguayos que ayudaron a quienes les robaban porque entendieron que era su responsabilidad enseñarles a producir y lograr vida digna para ellos y sus familias.
En esta misma serie te contaremos dos historias sensacionales de quienes merecen un reconocimiento patriótico por sus gestos y acciones solidarios porque hay que reconocerlo, existen ganaderos extraordinarios no sólo como productores sino que también como seres humanos.
Entonces, no golpees las puertas de los diarios para que defiendan tus intereses y solamente los tuyos.
En nuestra siguiente entrega: Periodista ¿dónde está tu hermano?
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