220 aborígenes fueron tratados por sanitaristas a raíz de los síntomas de una intoxicación aguda con agrotóxicos lanzados sobre un terreno sin cultivos pero con aborígenes, desde una avioneta usada por sojeros en la zona de Itakyry. Los productores de oleaginosas tienen mucho dinero. Suficiente como para enceguecer a los fiscales investigadores del atentado que pueden - vía soborno - no encontrar evidencias del acto criminal.
Comprendemos el tono plañidero de la Ministra de Salud Pública Esperanza Martinez quien a través de la prensa imploró a los fiscales que van a investigar el atentado que “por favor no se dejen sobornar por los sojeros”
Ojalá todos los fiscales sean como Arnaldo Giuzzio que incluso no tiene complejos para investigar a sus colegas deshonestos y vendidos. Justamente ahora investiga a una fiscala que estaba cobrando indebidamente dinero que no le pertenecía.
Conciencias en venta
La Ministra de Salud advirtió que lamentablemente el dinero compra conciencias y anticipó que hará una visita al Fiscal General del Estado Rubén Candia Amarilla para pedirle que se busque la verdad y el castigo de los culpables en el caso de la fumigación de aborígenes a quienes los sojeros quieren expulsar de una parcela para poder cultivar ahí.
Nunca está demás pedir que los fiscales no se dejen sobornar porque la justicia se compra y se vende y como los afectados son indígenas, vale decir la porción más débil de la sociedad, podrían asignar al caso un fiscal venal para que tras la investigación presente un informe tipo: “aquí no pasó nada”.
Se suele decir que en nuestro país los que van a la cárcel son los ladrones de gallinas y los caballos locos que se dedican a robar teléfonos móviles y cadenillas en los colectivos y las calles.
Los ladrones de bancos y los grandes estafadores están libres y muchos de ellos incluso ejerciendo la política, hablando de justicia, de verdad y de pueblo en sus discursos.
En los cultos religiosos son los que generalmente aparecen en primera fila, con un aire angelical y hay quienes los han visto con pañuelos secándose presuntas lágrimas por las angustias que no se sabe de donde provienen (si es que realmente existieran lágrimas).
Juicios cajoneados
Y gozan de libertad. Tienen juicios pendientes que se alargan indefinidamente hasta que le Ley establece que pasó demasiado tiempo y el delito ha proscripto.
Muchos casos se han producido de este modo. Todo ello gracias a la compra de jueces y de fiscales.
Con relación al ataque a los indígenas por parte de sojeros que quieren el lugar para cultivar y son tierras ancestrales de los aborígenes, el Ministerio e Salud atendió a 220 personas con síntomas de una intoxicación aguda entre los integrantes de la tribu Ava-Guaraní luego de que un avión volara a baja altura y lanzara agroquímicos que deben ser identificados en base a las investigaciones.
Hay 7 aborígenes internados con cuadros de fuerte jaqueca, náuseas, vómitos y diarrea.
Desde aquí le hacemos coro a la Ministra de Salud Esperanza Martínez: Señores fiscales, por favor no se vendan.
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