El 20% de la población paraguaya vive en la extrema pobreza. Para enfrentar el hambre de ese segmento (aproximadamente 1.200.000 mil personas) se estableció un programa tipo “Hambre Cero” de modo que tengan comida, puedan enviar a sus hijos a la escuela y a sus esposas al centro de salud. Curiosamente, la Bicameral de Presupuesto recorta fondos para ese propósito porque entiende que hay otras prioridades ¿Otras prioridades fuera del hambre de los pobres extremos?
El combate a la pobreza y el hambre debe hacerse por la vía de las inversiones y el trabajo, estamos de acuerdo.
Lo debieron hacer los colorados que estuvieron 60 años en el poder pero, fundamentalmente para enriquecerse ellos. Tras irse del poder vemos que dejaron una pesada herencia a todos los paraguayos: 1.200.000 miserables de los que como sociedad tenemos que hacernos cargo.
Esto porque la economía es escasamente dinámica en estos momentos y los sectores exitosos de la producción y los negocios en general, se niegan a pagar tributos justos.
Tienen poder económico y político para retardar indefinidamente la vigencia del Impuesto a la Renta Personal por ejemplo y otros.
Tirotear contra lo que funciona
Pero mientras, los indigentes necesitan comer y está funcionando exitosamente el plan “hambre cero” que en Paraguay se llama Tekopora (bienestar, en guaraní) y es llevado adelante por la Secretaría de Acción social (SAS).
Tan bien está funcionando que la oposición intenta bloquear el éxito por la vía del recorte presupuestario al plan.
El promotor y vocero de la decisión es el senador Alfredo Luis Jaeggli y hay medios que lo apoyan editorialmente en el tema de los recortes presupuestarios y nosotros nos preguntamos ¿quienes son los demagogos?
¿Por qué se le quita el plato de comidas a los indigentes? No podemos sino que sospechar que negros pensamientos pasan por la cabeza de los parlamentarios que tienen la tijera del presupuesto público en la mano.
¿Hay una intención de que mueran de hambre? Es cierto, los muertos no interfieren en política, no ocupan espacios ni reclaman tierras. Si mueren en masa, ayudarán a mejorar las estadísticas socioeconómicas que hoy son impresentables ¿Qué pasa por la mente de los congresistas?
El plan de la SAS además de apuntar a romper la multiplicación intergeneracional de la pobreza, ayuda a reducir la presión que empuja a muchos indigentes al pillaje en busca del sustento diario. Concretamente, disminuye el índice de inseguridad ¿Por qué cercenar su presupuesto?
Será porque en el esquema político paraguayo, donde en vez de que unos traten de ser mejores que sus adversarios, simplemente apuntan a que fracase el adversario. Si la SAS hace bien su trabajo, hay que impedirle el proceso positivo y que su plan naufrague.
Y si hay muertos de hambre, pues es un efecto colateral de la amputación presupuestaria. Señor congresista ¿dónde está tu hermano? Por favor, levanta la vista más allá de tus intereses partidarios y mira el Paraguay, contempla a la sociedad que espera que con equidad, responsabilidad y solidaridad utilices el poder que esa sociedad te entregó por la vía del voto. No le quites el pan al hambriento.
No traiciones la confianza ciudadana. No actúes de un modo que te maldiga porque no podrás vivir tranquila. No juegues con estrategias políticas peligrosas.
¿Quieren dificultar la reforma agraria?
No trates de impedir cambios justos. No contribuyas a convertir la política en un juego sucio y en cada elección debamos buscar candidatos entre sacerdotes, docentes, pastores y no entre políticos de carrera.
No recortes el presupuesto del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) que debe llevar adelante la reforma agraria. No impidas la búsqueda de soluciones al insostenible esquema de altísima concentración de la tierra en pocas manos.
En nuestra siguiente entrega abordaremos el tema Ganadero ¿dónde está tu hermano?
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