Senador Juan Carlos Galaverna y el ex presidente Luis González Macchi. Ambos colorados, con deudas pendientes con la justicia. (Foto: La Nación)En el escenario sociopolítico actual, una crítica a las mezquindades de los ricos se considera “fomento de la lucha de clases” y causal de juicio por violación de la Constitución. Por el contrario, si ese segmento adinerado propugna el recorte presupuestario para el gasto social de ayuda a indigentes, eso no es fomentar la lucha de clases. Se forja entonces una visión de la realidad basada en desigualdades y de injusticia que entre otras lindezas se ejemplifica en que la cárcel es para el ladrón de gallinas y no para el megaevasor de impuestos.
No hay que hablar mal de los ricos, sobre todo si son cercanos al poder. Así sean evasores, estafadores. Los ricos son admirados en sociedades transparentes porque son triunfadores a pura competitividad.
Aquí no.
Están logrando postergar ilimitadamente la aplicación del Impuesto a la Renta Personal, fundamental para instaurar justicia tributaria y transparentar la economía nacional.
La economía paraguaya es una de las más corruptas. Hay un alto índice de evasión y transacciones no declaradas pero el segmento adinerado (para no decir los ricos porque se molestan) no se da por aludido y bien sabemos que cerca del 100% de las fortunas acumuladas durante los gobiernos colorados, son ilegítimas.
La política como medio para enriquecerse
Muchos ingresaron a la política para enriquecerse a partir de su cercanía con el poder. A pesar de que tienen cuestiones pendientes con la justicia que les favorece porque los jueces fueron nombrados muchas veces por ellos mismos. Se consideran voceros y referentes de opinión para juzgar a los demás.
Es el caso del senador colorado Juan Carlos Galaverna que habla de sacar al Lugo. Es uno de los que en el tren de la derrota del Partido Colorado partió rumbo a la llanura política pero junto al senador liberal Alfredo Jaeggli y Aldo Zuccolillo de abc color forman el tridente ofensivo -usando un término futbolístico- del golpismo.
Galaverna, ni bien acaba de ir, ya quiere retornar y retomar el poder político. El electorado por 200 mil votos de diferencia le levantó el pañuelo del adiós y se fueron por la puerta de una indiscutible derrota electoral.
Eliminando podredumbres
Eliminar la podredumbre colorada del aparato estatal no es fácil. Limpiar la Policía es una tarea compleja.
Los grandes asaltos son perpetrados por policías que se quitan la gorra del uniforme para calzarse máscaras pasamontañas y siempre hay sospechas de que si bien hay policías que se visten de bandidos, sus cómplices y encubridores permanecen con el uniforme policial para suministrar información útil.
Una de las técnicas usadas en la tarea de higiene institucional es el cambio de cúpula.
El descabezamiento no siempre se lo puede hacer porque hay una "Justicia", cuyos principales dirigentes fueron instalados por los gobiernos colorados.
Hace unos días el Poder Judicial anuló un cambio de cúpula policial decidido por el Presidente de la República, dentro del plan de limpieza institucional.
El otro frente donde se combate la corrupción es en el de las licitaciones. Se busca que no sean amañadas par favorecer a los amigos.
Queda como una frase célebre del 2009: “Resistan a las tentaciones” de coimas y sobornos que hizo el Jefe de Estado a la Comisión de Juegos de Azar (CONAJZAR) cuando debió decidir la licitación para conceder la quiniela.
Por lo visto, cada uno de los competidores -al viejo estilo- estaban tratando de comprar conciencias para que su propuesta fuera la elegida.
Y ocurre que los juegos de azar con los que se vincula al senador Juan Carlos Galaverna otro de los voceros del golpismo, fueron replanteados de un modo que el político perdió la sustentación de su poderío económico.
Se entiende por qué el senador colorado quiere apartar a Lugo del camino.
Además Galaverna que es propietario de una industria cerámica, tenía contratos importantes para la provisión de materiales de construcción a obras públicas.
(sigue)
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