El Presidente Fernando Lugo y el Vicepresidente Federico Franco se lanzan dardos no directamente sino a través de la prensa con el mensaje de lo que señalamos en el título. El trasfondo es que no se ponen de acuerdo sobre las cuotas de poder que en el caso del Vicepresidente tienen una significación clarísima: cupo de cargos para sus correligionarios del PLRA.
La problemática se crispó aparentemente luego de la salida de los subsecretarios de Industria y de Comercio. Se crearon dos huecos oportunos para que fueran llenados por liberales pero aparentemente el color del pañuelo de los candidatos a ambos cargos, no fue un parámetro trascendente.
El tema es complejo o simple, según los resultados que se pretenden. Es simple si simplemente se le da al Vicepresidente equis cantidad de cargos públicos en los cuales ubicar a sus seguidores para que su figura de líder no se debilite y atenuar aquel reclamo de sus correligionarios que se sintetizaría en la frase “para qué ayudamos a ganar las elecciones si no vamos a ocupar espacios”.
Entonces, se concede la cuota correspondiente y adiós problema. Si estuviéramos en un gobierno colorado, no habría problemas para encarar las cosas de ese modo pero de lo que se trata es de que la ciudadanía pidió un cambio en el modo de gestión del gobierno.
No más un Estado cautivo de intereses partidarios que no coinciden con los intereses ciudadanos.
Es atendible el reclamo del PLRA. Hay ansiedades internas por acceder a cargos y cuántos más relevantes, mejor. Ahí radica el quid del asunto.
Ahí radican los “hay sectores del liberalismo que están descontentos con el gobierno” que leemos en los medios. Los “designan al Ministro del Interior como nexo entre el Ejecutivo y el Congreso”, cuando se trata de una tarea constitucionalmente asignada al Vicepresidente.
Y los dardos van y vienen. “Yo no se nada de eso pero me enteré por los diarios” desliza Federico para atacar la actitud de Lugo. “No podemos siempre andar juntitos” responderá el Presidente y van sumándose figuras a ese juego de ping-pong comunicacional en el que los tiros son cada vez más venenosos.
El último mensaje de Federico fue durísimo. Expuso que por ahora no existen motivos para un juicio político a Lugo, pero que está en condiciones de asumir la presidencia en cualquier momento. El mensaje es elocuente y significa “tenemos el poder para apartarte del cargo de Presidente de la República”.
La advertencia es tanto más fuerte si se considera que Fernando Lugo está de gira por el exterior lo que implica que Federico está en ejercicio de la Presidencia de la República.
No es alentador
Esto no es nada alentador. Han comenzado a volar platos en el matrimonio y no le interesa a la sociedad conyugal que los vecinos se enteren de las desavenencias. Por el contrario hay un interés manifiesto de que el vecindario sepa el problema a fin de que tome partido por uno o por otro.
Como ciudadanos que apostamos a esta alternativa para expulsar democráticamente el sistema colorado corrupto e inservible, estamos preocupados. Entendemos el interés del Fernando Lugo de exprimir al máximo su capacidad de imponer su criterio de gobierno. Entendemos el interés de Federico Franco de exprimir al máximo su capacidad de presionar pero este esquema no puede seguir indefinidamente.
Lugo y Franco lo saben. La tensión está provocando desconcierto en la ciudadanía, justo cuando comienzan a notarse signos del nuevo estilo de gestión.
Esperamos que la sabiduría se imponga, antes de que sea muy tarde porque ambos nos prometieron que la unión funcionaría.
Es bueno que lo recuerden.
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