Yo quiero mi pedazo, Record Guinnes de asado, respuesta ciudadana y las cosas a la bartola

En Paraguay se logró un nuevo record Guinnes. Aplausos. Se preparó el asado más grande del mundo y hay que felicitar a quienes lo consiguieron. El logro se suma a otros que inscribieron su nombre en el Guinnes como Chilavert, Luis Gilberto Ruiz, Lorenzo Prieto y otros menos conocidos como aquel que bajó un avión de un pelotazo.

Se conquistó un record con todas las de la ley con un total de 26.175 kilos de carne. Sin embargo, la hazaña ha generado una ola de criticas a la desorganización debido que con más de 40 mil comensales, probablemente los recursos humanos y técnicos aportados al esfuerzo daban para atender con eficiencia a la mitad de los comensales.
El índice de descontento se hizo carne y lo que era una fiesta terminó en un espectáculo biafrano con gente asaltando la parrilla y llevándose un jugoso botín.
Es como si el afamado grupo de rock de Argentina “Ratones Paranoicos” hiciera para esta ocasión su pegadizo “Rock del Pedazo”.
El ganador del reconocimiento y las críticas fue Humberto Rubín a quien le faltó la necesaria cuota de consideración a la multitud que quedó sin comer. Hubiera pedido disculpas pero intentó minimizar el problema.
Las fundaciones “Kuña Aty” que defiende a las mujeres de la violencia familiar y Asoleu que trabaja a favor de niños con cáncer fueron las beneficiarias de la recaudación. Un hecho llamativo es que no se dijo enseguida el monto de la recaudación. Más de 600 millones de guaranies, unos 125 mil dólares si consideramos que se vendieron unas 41 mil adhesiones.
La jornada se realizó en el campo de exposiciones de la Asociación Rural del Paraguay, en las afueras de Asunción y recibió el apoyo multitudinario.
Curiosamente, la multitud que no pudo comer el asado golpeó las puertas de los kioscos, bares, copetines al paso de las adyacencias y liquidaron la existencia de carne, generando el entusiasmo hasta de vendedores ambulantes que no se esperaban una ocasión así.