viernes, septiembre 11, 2009
Cambiemos el contexto de tractorazos vs. invasiones: No existe diálogo sino presión social
En los últimos 20 años los intentos de un diálogo social para resolver conflictos de pobreza, de tierra o estudiar la aplicación de una reforma agraria se han desvanecido ante la escasa aptitud y actitud para buscar consensos, las diferencias ideológicas de los interesados, el desinterés de los funcionarios del Estado y últimamente la fragmentación ideológica en el gobierno. Entonces sigue la presión donde debió haber negociación.
Este es un resumen, reconocemos que demasiado escueto, de lo que Milda Rivarola, politóloga, expuso en una evaluación que hizo del pasado reciente de un trío de intentos para definir estrategias y acciones para resolver cuestiones sociales y económicas en el Paraguay.
El abordaje lo hizo en el contexto de la jornada de Diálogo y Consenso para el Desarrollo Económico y Social, organizado por la Fundación Feliciano Martínez con el apoyo de la Konrad Adenauer.
Burocracia indiferente
Rivarola apuntó que hubo un escaso compromiso de los representantes de organismos del Estado, teóricamente obligados a buscar la solución de los problemas.
Si bien han concurrido a los encuentros, lo han estado haciendo de un modo puramente formal para las fotos de cabecera de mesa y la aparición en los medios.
Por otro lado se ha visto que igualmente representantes parlamentarios han asistido por una o dos horas y luego se han borrado de reuniones.
En los intentos que se hicieron en los últimos 20 años, se manifestó una participación intensa y seria de representantes de ONGs, técnicos, científicos, el sector privado, pero lamentablemente no son los que “cortan la torta”.
Presentó un gráfico –la Curva de Gauss- que justamente muestra esa particularidad de que representantes del gobierno y los sectores más pobres tienen una participación débil y en el centro, son los sectores de la academia y la sociedad civil de menor incumbencia directa en los temas, los de más alta intervención.
No se confronta en la mesa sino en las rutas o el campo
Para Rivarola, en todo este tiempo como que en aras del diálogo se evitó el debate ideológico al aparecer visiones confrontadas sobre modelos de desarrollo lo que ha restado profundidad a las conversaciones al evitarse las voces que salen de lo profundo de la gente.
Explicó que el gobierno de Lugo toma el tema como un capitulo importante pero enfrenta el problema de la fragmentación ideológica en los organismos del Estado.
Por ejemplo el Ministerio de Agricultura tiene una concepción conservadora de la problemática rural porque el ministro pertenece al Partido Liberal Radical Autentico en tanto que el INDERT –Instituto de la Tierra- una visión progresista porque su liderazgo es cuota de poder de la izquierda.
Hoy no hay diálogo social sino que presiones tipo tractorazo de parte de los empresarios o tipo invasión de tierras de parte de los campesinos.
Ese es el modo de relacionamiento con el gobierno en busca de reivindicaciones en un contexto de confrontaciones que necesariamente debe dar paso a un contexto de consenso.
Siguiente enfoque sobre el debate
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