domingo, septiembre 06, 2009

Atyra, un ejemplo: Ciudadanos se unieron para limpiar pero lograron mucho más que eso



Atyra, es la ciudad más limpia del Paraguay y la 7ma., más limpia del Planeta, gracias a un líder que encaró un plan, convenció a los ciudadanos y se puso manos a la obra con el respaldo de todos, sin distinciones ideológicas, culturales o económicas.

Ese líder es Feliciano Martínez quien dio nombre a una Fundación que organiza encuentros encaminados a fomentar el dialogo y consensos multisectoriales para lograr el desarrollo posible en nuestro país.
El Paraguay se halla estancado porque hay miles de ideas inconexas y los liderazgos no se han impuesto la tarea de buscar consensos mínimos para avanzar.

Claro que se puede
Martínez logró mucho más que limpieza. La conducta que asumió toda la comunidad atyreña en pos de un objetivo, fortaleció la autoestima ciudadana, desarrolló la educación cívica, permitió hacer germinar la semilla del frondoso árbol “juntos podemos”.
Todas estas son precondiciones para encarar otros emprendimientos exitosos, vale decir, bases sólidas para lograr el desarrollo de la comunidad.
Martínez llegó a sostener que la riqueza de una sociedad no depende del dinero sino que del consenso que permite el éxito de un emprendimiento.
Bernardo Toro, un filósofo colombiano que dictó ya varias conferencias en Asunción afirma en el mismo sentido que “uno de los indicadores importantes de pobreza es no estar organizado”.
Uno de esos talleres de la Fundación Feliciano Martínez tuvo lugar la semana pasada en el Carmelitas Center y lo estamos desenvolviendo aquí paulatinamente.
Así como Martínez, hay otros líderes que han logrado despertar consensos para el desarrollo como es el caso de los mennonitas Ernesto Goerzen o Anton Neufeld que convirtieron a abigeos y saqueadores de cosechas en honestos y prósperos microempresarios cooperativos en 4 Vientos (San Pedro) y Lolita (Chaco), respectivamente.

La prensa ausente
Hemos señalado en nuestra entrega anterior que el taller generó una infinidad de grandes temas para titulares de portada en los medios.
Sin embargo esto que publicamos nosotros, no aparece en los medios que por lo visto están muy atareados buscando problemas para generar titulares porque las soluciones les despierta escaso interés.
La crítica va también para Radio Nacional que continúa con un esquema burocrático de programaciones en vez de utilizar su enorme potencial para convertirse en un divulgador de ideas renovadoras y promotor del debate constructivo de una ciudadanía moderna.
Si de ese modo inservible va a ser utilizada la Radio Nacional, el gobierno está faltando a sus promesas y a su compromiso.
Los micrófonos de la emisora estatal debieron estar en el seminario y deben estar ahí donde se exponen ideas sobre cómo hacemos para resolver los problemas nacionales.
La idea es construir una sociedad en la que los ciudadanos, sean indígenas, empresarios, campesinos, inmigrantes, conservadores, progresistas, ateos o creyentes, tengan la certeza de que sus derechos e intereses serán defendidos y protegidos en igualdad de condiciones.
Decía Bernardo Toro que una sociedad desea “un Estado que pueda proteger con igual fuerza y calidad, la industria del empresario y la vaca del campesino”.

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