martes, octubre 26, 2010

¿Es la vestimenta sugerente, causal de acoso sexual?

Los hombres sostienen que las minifaldas y los escotes generosos envían un mensaje provocador y esto es tanto más así en la función pública. Las mujeres consideran que bajo ningún sentido la vestimenta da derechos a ser invadidas. Una discusión interesante se dio en estos días en Pedro Juan caballero cuando portavoces masculinos de un colectivo de trabajadores estatales recomendaron a sus compañeras de trabajo, vestir ropas menos sugerentes.

De esto no se hablaba pero ahora sí. No es que el acoso se produzca siempre a partir de una reacción endocrina desatada por el avistamiento de redondeces femeninas generosamente expuestas pero, al menos, se consideró que es una causal que al eliminarse, reduciría el número de asedios non sanctos en las oficinas públicas.

Polleras bien puestas
Los hombres señalaron que el problema del acoso tenía signo masculino hasta hace unos años pero actualmente, también hay mujeres acosadoras que se valen de su posición de superioridad jerárquica en la oficina para hacer propuestas indecentes a subalternos.
Las mujeres consideraron que el problema no está en la vestimenta de la mujer sino en la cabeza del varón. Cada una tiene su estilo y sería el colmo que los hombres pretendieran establecer las normas de la indumentaria laboral.
Ellos insistieron en que la ropa adecuada a un ambiente laboral sin demasiadas exposiciones o exhibicionismos reduciría el riesgo.
Cuando uno de los portavoces masculinos del debate dijo que como máximo los vestidos tendrían que tener hasta 4 dedos por encima de la rodilla, se consideró un pensamiento totalitario ya que cada una debe decidir en libertad y no por ello merecer acciones irrespetuosas.
Los estilos deben ser respetados dijeron ellas y que la vestimenta no justifica un avance indecoroso del hombre sobre la mujer, en la oficina.

¿Imposición de uniformes?
La discusión se mantenía sobre los mismos temas y surgió que lo ideal entonces sería que se establezcan uniformes para los trabajadores y trabajadoras públicos.
De todos modos se señaló que habría que definir qué tipo de pantalones ya que hoy vienen aquellos que dejan aflorando la ropa interior y que esto y lo otro.
¿Encierra para los hombres la vestimenta femenina un mensaje que se presta a errores?
¿Es para la mujer la vestimenta una simple manifestación de su personalidad sin propósitos colaterales?
Fue una mujer –funcionaria pública en la frontera de la jubilación- la que dio la palabra final en la discusión y señaló que al trabajo hay que concurrir con ropa adecuada, sin exhibicionismos y dejar estos caprichos para las fiestas o el shopping.

Senadoras preocupadas
No sabemos si el gobierno tomará decisiones sobre la moda del funcionariado público pero hace unos días nomás, un grupo de senadoras decidió establecer pautas de vestimenta de las pulposas secretarias de la Cámara de Senadores invocando argumentos que tienen que ver con la respetabilidad.
En Paraguay, el Código Laboral define el acoso sexual como todo acto de “amenaza, presión, hostigamiento, chantaje o manoseo, con propósitos sexuales hacia un trabajador de uno u otro sexo por parte de los representantes del empleador, jefes de la empresa, oficina o taller o cualquier otro superior jerárquico” (Art. 81, inc. w)
Por su lado el Código Penal (art.133) establece pena privativa de libertad de hasta dos años para quien sea hallado culpable pero hay que añadir que el mismo Código Laboral (arts. 81 y 84) puntualiza que el delito es causa justificada de despido de la persona agresora.

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