jueves, octubre 28, 2010

Aldo Zuccolillo felizmente ignoró vaticinios de abc

El empresario Aldo Zuccolillo desoyó al periodista que hay en él. Nadie le puede reprochar el hecho de haber ignorado la predica de su propio diario abc color que vaticinó el hundimiento de la economía, las inversiones ahuyentadas, el retorno a una situación de pobreza similar a la hambruna posterior a la Guerra contra la Triple Alianza y, sin embargo -en un escenario de bonanza económica- inauguró anoche el Shopping Mariano con una inversión superior a los 10 millones de dólares.


Zuccolillo advertía en abc color, una y otra vez, que el país se dirigía al despeñadero económico por un doloroso camino de sufrimiento y de fracasos que concluiría en los bajos fondos del hambre y la miseria -todo de la mano del gobierno marxista totalitario y bolivariano de Fernando Lugo.
Decía que las inversiones huirían del país hasta dejarnos en la inopia. Sin embargo ha estado invirtiendo afanosamente en su incesante búsqueda de alcanzar las cumbres de la fortuna.

Aplaudimos el éxtio pero..
Nosotros defendemos sus vigorosos esfuerzos por ampliar la frontera de sus empresas pero nos toca explicar las causas de su “autodiscrepancia” que catapultan su aparente incoherencia.
Esa que como periodista le hacía vaticinar un negro cuadro de miseria pero como empresario olfateaba las extraordinarias oportunidades que la bonanza económica le presentaban y seguía invirtiendo en negocios con perfiles de primer mundo en los que el lujo y el despliegue ostentoso plantean las antípodas de sus periodísticos designios.

La falsía rentable
Aldo Zuccolillo, es hipócrita como parte de sus negocios. Es una hipocresía rentable, no cualquier falsía basada en una simple maldad. No.
Es una hipocresía bien pensada, estructurada al servicio de los negocios y perfectamente orientada a proyectar sus emprendimientos por una rampa de éxito.
Desde luego que todos los indicadores económicos venían derrumbando las negras profecías de abc color y a pesar de todo, persistió en su onda.
Todo porque la crispación que abc color genera con su línea editorial le sirve al diario para vender ejemplares y vender avisos.
Entonces, abc color no es un medio al servicio de la verdad sino un diario al servicio de los negocios. Visto de otro modo, un diario a su propio servicio.
Para que ir más lejos: abc miente. Por lo visto, la mentira también es buen negocio, cuando alterna con algunas verdades.
Conocer la dosis exacta, es el secreto del éxito.

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