sábado, agosto 19, 2006

La acusación va en portada, el descargo en página interior bajo título genérico: Cartas al Director

Los diarios presentan titulares "ganchos" para atraer lectores. El problema es que muchas veces, ese vicio mediático hace que los titulares sean exagerados o incluso equivocados y los afectados que envían su descargo terminan decepcionados porque comprueban la desproporción entre el trato de portada que se dió a la acusación, mientras su aclaración se envió a una oculta página interior.

En un ejemplo de lo que abordamos, el diario abc color publica una acusación como titular principal de portada, pero, la aclaración que envían los afectados por la acusación, va en una página interior y sin titulo llamativo ya que va bajo el genérico enfoque de "Cartas al Director".
Se manifiesta frecuentemente esa desproporción que produce daño porque si la acusación es llamativa, la aclaración deliberadamente es diluida por el medio obligado a publicarla, recurriendo para ello a recursos de diagramación.

Desigualdad de trato
Así, el afectado carece de igualdad de oportunidades y la aclaración no produce el objetivo de deseado de revertir la mala información.
Esta situación también frecuentemente plantea la inmoralidad de que el afectado se ve obligado a publicar una costosa solicitada pagada con lo que recibe un daño moral y también patrimonial.
Esto es injusto. Un diario debe estar obligado a publicar una aclaración siguiendo la dimensión proporcional del abordaje que generó la aclaración porque de lo contrario se plantea una situación de esclavitud que no puede tolerarse a esta altura de los acontecimientos.
No vamos a cuestionar la importancia de los medios en la sociedad actual pero es evidente que están obligados a evolucionar en el mismo sentido de la transparencia y respeto que reclaman de las instituciones públicas.
Lo mas grave que puede ocurrirnos es incluso que porque un adversario del medio o de su director caiga bajo un trato discriminatorio e injusto como el que mencionamos, termine siendo objeto de una agresión despiadada con lo que un medio oficia de arma arrojadiza que bajo ningún sentido, forma parte de sus elevados objetivos.
Muchas veces así se prostituye el periodismo con un daño irreparable para la sociedad y estamos ante hechos que se reiteran con dramática frecuencia.

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