Alianza militar entre Venezuela y Bolivia es una amenaza para el Paraguay
Este diario tuvo acceso a una copia del "Acuerdo Complementario al Convenio Básico de Cooperación Técnica entre la República de Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela en Materia de Defensa", celebrado el 26 de mayo entre los gobiernos de los presidentes de ambas naciones, Evo Morales y Hugo Chávez. En el presente acuerdo subyace un oculto planteamiento político potencialmente muy amplio. Nuestro país podría estar ante problemas para los que no está en absoluto preparado. (Nosotros tenemos nuestra opinión sobre este tema)
Es conveniente que el Paraguay entero esté atento a los acontecimientos que se desarrollen en la hermana República de Bolivia y observe con cuidado las actitudes de los presidentes Evo Morales y Hugo Chávez.Este diario tuvo acceso a una copia del "Acuerdo Complementario al Convenio Básico de Cooperación Técnica entre la República de Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela en Materia de Defensa", el cual se celebró entre los gobiernos de los presidentes de ambas naciones, Sres. Evo Morales y Hugo Chávez, en La Paz, Bolivia, el 26 de mayo pasado.
El texto mencionado afirma tener por objeto "establecer mecanismos de Cooperación Técnica entre las Partes, para el mejoramiento y complementación de las capacidades de defensa de cada país, a fin de contribuir al desarrollo integral de sus pueblos" (Art. 1º).
Un curioso objetivo, se diría, ya que el desarrollo de los pueblos no suele verse alentado por la "complementación de las capacidades de defensa" entre dos naciones. La expresión suena, pues, más bien como una manera diplomática en verdad de establecer un vínculo militar -de nivel indeterminado- entre dos estados.
El acuerdo tiene en ese sentido una cláusula que apunta a confirmar nuestra suposición: su art. 6º establece que ambas naciones "incrementarán la cooperación en el área de la industria de Defensa" (el subrayado es nuestro), procurando fines tan concretos como los de "la construcción de un Puerto en la localidad de Puerto Quijarro (sita a 200 km de Bahía Negra, sobre el río Paraguay) y de un Fuerte Militar en la localidad de Riberalta" (frontera boliviano-brasileña).
Reforzando la impresión de que se está ante un acuerdo de alianza militar más amplio, el art. 7º dice: "Las Partes promoverán los contactos necesarios con la finalidad de mejorar la capacidad del material bélico aéreo, terrestre y naval", lo que podrá efectuarse "a través de donación o líneas de crédito, entre ambos Gobiernos".
Dadas las situaciones económicas por las que pasan los dos países signatarios, puede decirse que va de suyo que las donaciones o la apertura de líneas de crédito no podrán ser sino de Venezuela hacia Bolivia, como lo confirma el hecho ya citado de que Venezuela ayudará a Bolivia para construir su "fuerte militar" en Riveralta y un verdadero "puerto" en la localidad de Puerto Quijarro. Este nuevo "puerto", se dice, apuntaría al mejor aprovechamiento comercial de la hidrovía Paraguay-Paraná por parte de Bolivia, pero también, como ocurre con muchísimos, si no con todos, "puertos" del mundo, para ayudar a operaciones militares.
Se diría, en suma, que en el presente acuerdo subyace un oculto planteamiento político potencialmente muy amplio.
La Venezuela actual ha olvidado por completo que el motivo por el que la gran mayoría de las naciones latinoamericanas rompieron las relaciones diplomáticas con Cuba fue el hallazgo, en las costas venezolanas, de armas y municiones enviadas por la Cuba de Fidel Castro. Hoy, en efecto, el gobierno del Sr. Hugo Chávez mantiene más que estrechas relaciones con el régimen cubano. Este, a su vez, se acerca a Corea del Norte, Irán, China continental y, al parecer, aun al gobierno argentino del Sr. Néstor Kirchner. El "Gran Satán" actualmente no son solo los Estados Unidos, sino, en el fondo, la democracia republicana inspirada en la libertad y la consecuente limitación de las atribuciones gubernamentales.
Nuestro país, en suma, podría estar ante problemas para los que no está en absoluto preparado, no solo por la falta total de una política internacional clara y firme, la extrema debilidad de sus Fuerzas Armadas y por la fragilidad en que se debaten sus instituciones, sino también por la mediocridad de su gobierno y el consecuente hábito de este de no ocuparse de los problemas reales del país hasta que ya no se puede evitar su consideración y no queda más remedio que ceder en algo -o en mucho- ante otros factores también muy reales de poder, inclusive el de la corrupción.
No es de presumir que la República de Bolivia esté queriendo lanzarse a una nueva disputa sobre el Chaco, pero sí podemos pensar que el Paraguay entero, por su posición geográfica, puede ser visto aun desde tierras lejanas como un territorio clave en América del Sur. Lo fue en tiempos pasados y lo continúa siendo en el presente.
A través de su historia y su geografía el Paraguay cumplió una misión política trascendente en América del Sur. Ni siquiera el genocidio de 1870 lo desvió definitivamente de ella, porque si bien le usurparon importantes partes de su territorio, sus enemigos no vislumbraron su recién hoy conocido enorme potencial energético. De haberlo ellos sabido entonces, Paraguay no existiría.
Es conveniente que el Paraguay entero esté atento a los acontecimientos que se desarrollen en la hermana República de Bolivia y observe con cuidado las actitudes de su presidente Evo Morales y su alianza militar con Hugo Chávez, el de Venezuela.
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