El presidente de la Unión Industrial Paraguaya Gustavo Volpe catapultó su figura hasta los más elevados índices de antipatía por decir que el dinero que los paraguayos del exterior remesan a sus familias locales, hace daño porque deprime al dólar. Lo racionalmente válido, cae aguafiestas en un escenario en el que cada vez somos mas pocos los que no viajamos ni recibimos plata de afuera. (foto, uno de los aviones que lleva a paraguayos al exterior)
En esencia, críticos y criticado coinciden pero los primeros hablan en un plano emocional y el segundo, en un plano técnico y la situación creada, simpática pero antipática a la vez nos plantea el problema grave de que nos desencontramos pese a estar en un mismo barco.
Los periodistas que debieron interpretar la situación, la utilizaron para generar más polémica inconducente, fiel al estilo de hacer periodismo en Paraguay en donde por ejemplo, sobre el tema de la basura, todos los medios aprovechan para tirar más basura, en vez de intentar buscar opiniones esclarecedoras y que conduzcan a la solución.
Con relación al enojo de la gente con Volpe digamos que el presidente de la Unión Industrial y la sociedad tienen la misma preocupación vinculada al escaso dinamismo de la economía para generar suficientes empleos y absorber a la creciente hornada de gente en edad de trabajar que no encuentra empleo y debe emigrar.
Visto de otro modo, procreamos más rápidamente de lo que deberíamos y mientras la torta se achica, aumentan los comensales, por lo que muchos se quedan sin el pan y sin la torta y deben ir a España a comer la torta de allá.
Lo que sostiene Volpe es que los 650 millones de dólares que remesan los paraguayos extrafronterizos, semejan los efectos de una emisión inorgánica de dinero. Es decir como una impresión de billetes, tal como hacen los gobiernos para pagar sueldos y aumentar el gasto público cuando los impuestos no son suficientes.
La emisión inorgánica produce inflación, pero en este caso, la inyección “gratuita” de dólares, produce una depresión del tipo de cambio que castiga las exportaciones. El país pierde competitividad y cada vez se hace más difícil exportar. En consecuencia se produce menos, se genera menos empleo y termina estimulándose más emigración.
La gente dice que Volpe está mal de la cabeza al sostener lo que sostiene y no. Y esto lo dice la gente porque en su sano juicio no puede entender cómo el dinero que envían desde España puede hacer daño cuando en realidad resuelve el problema de caja que tiene la gente.
El problema es que si antes, la paridad Euro-Guaraní era de arriba de 1 a 7 por el efecto que preocupa a Volpe, ahora es de 1 a 6,5 y la tendencia es a la baja lo que quiere decir que cada vez va a valer menos el dinero que los paraguayos envían desde afuera. No vamos a sostener aquí que Volpe es simpático porque probablemente no lo sea, pero no por lo que dijo.
Lo que los paraguayos tenemos que aprender es a plantear discusiones en un mismo plano para entendernos porque si uno expone un punto de vista desde un pedestal tecnico-económico y nosotros lo tomamos desde un plano emocional, generamos innecesariamente una discusión de padre y señor nuestro y todo termina pareciéndose a un diálogo de sordos.
Los futbolistas van a México y Argentina, las enfermeras a Italia, los albañiles a España y nuestra economía….al tacho. Los únicos que quieren venir, son los norteamericanos, para acampar mucho tiempo en el Chaco, donde no hay playa.
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Eso que ha dicho este señor es mentira se a comprobado que en casos como en el país de México la economía se mueve gracias al envío de dinero de los familiares que trabajan en el exterior y a sido estudiado por diversas empresas asesoras ecónomicas. Así que el odio de los paraguayos hacia el está justificado.
ResponderEliminarEl otro lado del asunto:Un sicólogo decía anoche que se están yendo padres, madres, tíos y los chicos quedan con las abuelas. Las abuelas tienen parámetros superados de educación que no sirven para este tiempo. En consecuencia, está fermentando un conflicto familiar y social de envergadura y de consecuencias graves.
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