Un presunto ladrón amparado en sus fueros parlamentarios, protegido por sus secuaces que rechazaron su desafuero y que lo mantienen como Presidente de la Cámara de Diputados es el jefe de campaña de Evangelina Troche la virtual próxima intendenta de Asunción (foto, la candidata y su jefe de campaña). Este es el tipo de papelones que con demasiada frecuencia nos relanza como un país de escaso apego a la ética y nos golpea la cara a los ciudadanos que el 29 de marzo pasado salimos a la calle para protestar. Ahora sin embargo, nos preguntamos: Resistencia Ciudadana, ¿dónde estás?
Víctor Bogado no puede ser Presidente de la Cámara de Diputados ¡Por favor! Es imposible aceptar que el millonario Bogado sea considerado “genuino representante del pueblo”. Acrecentó su patrimonio 70 veces –por parte baja- gracias a la política que le permitió acceder a cargos públicos.
Dijo que no tenía nada que ocultar y prometió ponerse al servicio de la Justicia pero sólo como táctica para ganar tiempo y organizar la sesión parlamentaria que lo protegería, rechazando su desafuero. El Presidente Nicanor Duarte Frutos, se prestó a la jugada mafiosa al presionar al Fiscal que lo imputó. Nicanor también es secuaz.
Da la impresión de que siguiendo el lema de la publicidad de jabones, todos ellos se metieron a hacer política, no para luchar a favor de la solución de los grandes problemas nacionales sino porque “ensuciarse, hace bien”.
No tengo nada personal contra la periodista Evanhy pero, dadas las circunstancias en que se lleva adelante su campaña política no es la corresponsal de guerra elogiada por propios y extraños –como dice su publicidad- la que se dirige a la intendencia asuncena, sino la ahijada política de una banda de traficantes de influencias políticas y personajes de dudosa moral que están imputados por enriquecerse ilícitamente en base a maniobras que comprometieron dinero público, vale decir el más sagrado dinero de nuestras contribuciones.
La sociedad trapista
Importa más el color del trapo del político que su perfil. Votamos por el color de su pñuelo y no por valores trascendentes. Efectivamente, somos capaces de elegir al Pato Donald, si se candidata con pañuelo colorado.
Lo más penoso que nos puede acontecer es que al parecer no hay condiciones para que la ciudadanía –en puridad no hablemos de ciudadanía sino más propiamente de electorado porque al parecer aquella condición está ausente- emita su voto castigo en rechazo de un estilo que ya no puede tener cabida en el Paraguay de hoy.
Si las encuestas dicen que Evanhy aún sigue encabezando la intención de voto de la mayoría, estamos ante una deprimente realidad que nos ubica a los pobladores de Asunción como víctimas propiciatorias de un vejamen que tiene un alto “costo país”.
Claro, porque si estamos gobernados por una mafia, esa mafia es desnudada clarísimamente y aún así no tenemos la capacidad de discernir que estamos yendo en rumbo de colisión y pese a todas las advertencias terminamos colisionando, es que finalmente la conclusión es que tenemos el gobierno de ladrones que nos merecemos.
Es momento de preguntarnos si realmente queremos resolver el problema de la basura en la ciudad. Es bueno que reflexionemos si es conducente hacia ese propósito que con nuestra conducta de electores hagamos que lo que debería estar en el tacho de basura de la política paraguaya, terminemos catapultando hacia el gobierno municipal.
En suma, queremos eliminar la basura, pero elegimos basura política en una triste contradicción que nos lanza a la cara la pregunta: Resistencia Ciudadana ¿dónde estás?
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