Por controlar que los hinchas ovetenses que circulaban hacia Asunción por las rutas no lo hicieran borrachos al volante o peligrosamente como carga granelera en las carrocerías de camionetas y camiones, el Jefe de la Policía Caminera Eduardo Petta fue declarado “persona no grata” por la Junta Municipal de la localidad Coronel Oviedo. Corresponde pues declarar a Coronel Oviedo, ciudad no grata a la Democracia.
El domingo pasado una caravana de alegres simpatizantes de la Selección Ovetense de Futbol cubría los 120 kilómetros hasta Asunción donde se disputaría la final de un torneo de interdigas.
Los controles de alcotest verificación de pasajeros en carrocerías, el uso de cinturón de seguridad se toparon con una resistencia de los hinchas futboleros encabezados por autoridades ovetenses.
Líderes políticos de esa comunidad en vez de ser los primeros de someterse a los controles y mostrar el camino del respeto a las instituciones y las leyes, invocaron fueros, mostraron musculatura más que materia gris y encabezaron una resistencia prepotente a los controles hasta que fueron detenidos luego de atropellar varias barreras de control y obligados a asumir responsabilidades.
El equipo futbolístico de Oviedo perdió el partido final contra el equipo de San Estanislao. Incapaces de administrar la decepción y la profunda herida que a su ego deportivo abrió la derrota, la Junta Municipal de Coronel Oviedo dice haber interpretado el sentir popular de la comunidad y resolvió declarar “persona no grata” al jefe de la Policía Caminera.
Como si todo fuera poco, el intendente municipal ovetense, Jorge Morales, puntualizó que Petta obstruyó la libre circulación de los paraguayos y la de entorpecer su sana diversión.
No existen noticias de que se le haya practicado el alcotest a los integrantes de la Junta Municipal, luego de tamaña decisión.
Una verdadera pena
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