Cual es la percepción que los ciudadanos tenemos de los sojeros: Que son prósperos pero egoístas. En qué sentido egoístas. En el sentido de que les interesa sólo el negocio y en que en pos de él pueden agotar humedales, derribar bosques, colmatar cursos de agua, destruir el ambiente y cuando se habla de su participación tributaria en la construcción de un país justo, pegan el grito en el cielo y dicen que se pretende castigar fiscalmente a un sector productivo.
Ahora reclaman mucho dinero – unos 250 millones de dólares- para enfrentar la crisis, en su caso, desatada por la sequía última y del modo como se manifiestan, el plan anticrisis será bueno siempre y cuando les beneficie a ellos.
La lectura de lo que expresan es "el plan anticrisis es bueno cuando me beneficia. Si no me beneficia como yo quiero, es un fracaso, es inservible".
Si el gobierno no inventa 250 millones de dólares para los sojeros, es “ciego y stronista”. Es decir, vienen a reafirmar la percepción que tenemos de ellos. Son egoístas. Un gobierno es bueno en la medida en que es generoso con ellos. Esa es la imagen que proyectan en función de sus declaraciones.
La percepción que estamos teniendo de lo que el sector público plantea para enfrentar la crisis es que pondrá buena parte de la carne en el asador de las obras públicas, por decirlo de un modo gráfico.
Rutas, puentes, recapados, empedrados, etc., porque es la manera de resolver varios problemas de un solo golpe. Se crean condiciones de infraestructura propicias para movilizar la producción -la soja inclusive- de un modo más eficiente y se generan fuentes de empleo.
Claramente hay un plan anticrisis de alto componente social.
Se busca dar un espaldarazo a sectores que tienen muy pocas opciones, el de los desempleados.
Los sojeros son privilegiados en el sentido de que les ha ido bien todos estos años. Que les vaya mal uno, figura dentro de las posibilidades.
No se van a fundir por ello y claramente no pueden ser la prioridad en la ayuda social porque sus hijos se quedarán sin leche y sin pan.
Está garantizado que no les va a faltar pan a los familiares de los sojeros. Sus hijos podrán seguir yendo a la escuela.
Nosotros queremos que los sojeros sigan siendo prósperos y que el éxito que obtengan de algún modo signifique aunque sea un pedacito de éxito de la sociedad. Que no se consideren una burbuja, una isla, un arca de Noé y el diluvio, para todos los demás.
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