La picardía criolla nos suele jugar una mala pasada. De esta crisis tenemos que salir fortalecidos y no más profundamente inmersos en problemas.
Muchos empresarios han demostrado elevados estándares de calidad dedicándose a la falsificación para aprovechar el impulso marketinero de las grandes marcas y evitarse gastos en ese frente.
Sostienen que si tuvieran que imponer sus propias marcas, no tendrían el dinero que tienen aquellas a las que copian -para invertir en promoción- y deciden simplemente seguir la corriente que otros abrieron.
Los falsificadores ciertamente generan mano de obra pero no del modo que la República demanda.
Por imperio de las circunstancias, corresponde sin embargo que las autoridades en vez de cerrar plantas falsificadoras les den una oportunidad de legalizarse, transparentarse y ser constructoras de una economía sana. Una suerte de blanqueo condicionado que si es violado tendrá como respuesta la cárcel y el desmantelamiento.
Hay una "capacidad de hacer" un know how que debe valorarse. Desechar el potencial, no parece recomendable.
Despertemos
En Lolita (Chaco) opera un emprendedor social de gran visión y liderazgo que ha transformado incluso a abigeos en prósperos empresarios productores de leche para las grandes industrias lácteas del Chaco Central. La extraordinaria iniciativa se denomina Japay (despertemos).
Que la crisis no adormezca nuestros mejores afanes y hagamos el esfuerzo de despertar en nuevos amaneceres.
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