Tiger Woods tuvo la virtud de elevar el golf a la categoría de hipernegocio. Sus magistrales golpes de aproximación y sobre todo sus certeros tiros finales atrajeron la atención del público que antes no le prestaba atención a este “deporte aburrido” y llegaron detrás Nike, Gillete, American Express y otras grandes marcas que le dieron mucho dinero como patrocinadores, enriquecieron los torneos de golf y el proceso terminó enriqueciendo a todos los golfistas.
Tiger, sólo, catapultó una actividad hasta colmarla de dinero de un modo impensable.
Es el deportista que más dinero ganó en toda la historia y hoy caído en desgracia, acosado por el escándalo mediático que generó su desenfrenado comportamiento sexual, se vio obligado a anunciar su retiro “sine die” del golf.
Un análisis de lo que podría ocurrir
El anuncio de su retiro indefinido del deporte, en su momento de mayor gloria, es un golpe comunicacional que a mi juicio va a torcer el comportamiento de los medios y de la sociedad norteamericana.
En primer término queda un vacío deportivo y probablemente financiero. Muchos formidables auspiciantes del golf también se retirarán y las pérdidas económicas se sentirán.
Probablemente el monto de los premios se resentirá por la salida de grandes empresas de la grilla de patrocinio de los torneos más importantes y habrá retrocesos en la cotización de acciones de muchas firmas que tenían en Woods al mejor promotor de sus ventas.
El retiro del mejor golfista de todos los tiempos -aunque en forma temporal- se hará notar de un modo visible y sensible y en ese momento, sobrevendrá un revisionismo del comportamiento de los medios y de la gente.
¿Hicimos bien en invadir como un tsunami la vida privada de Tiger hasta amenazar con convertirla en pomada y podemos sentirnos satisfechos de lo que hicimos?, tal vez flote la pregunta.
Tal vez -él se la buscó- muchos ni piensen en ello y salgan a buscar a la próxima víctima para obtener otras 10 portadas vendedoras sin importar lo demás.
Puedo estar errado pero creo que finalmente surgirá una voz que guiará a otras y como cuando el problema Clinton-Lewinsky, habrán de percatarse de que estuvieron a punto de tumbar a uno de los mejores presidentes de los EE.UU. (elevó el índice de empleo, redujo la deuda pública, bajó el índice de inflación, contribuyó a controlar con prudencia y sabiduría, la paz mundial, etc.) porque cometió errores privados que los supo resolver.
Luego, el retorno
Esa voz, hará tal vez que Tiger -quien hace denodados esfuerzos por contener el terremoto hogareño- pueda retornar y retomar la extraordinaria carrera de deportista excepcional que cambió al golf de un modo que marcó un antes y un después, para mirarle a los ojos a quienes le pasaron por encima una aplanadora.
Una mirada escrutadora como la que en los links orienta desde la pelota hasta el hoyo en busca del derrotero exacto para ganar un torneo.
Una mirada que tal vez envíe el mensaje que está escrito: El que esté libre de pecado que lance la primera piedra.
Tal vez.
AGREGADO
El golf ya siente en el bolsillo el problema
Primer cálculo: El retiro temporal de Woods del golf causa pérdidas de 220 millones de dólares (153 millones de euros). Se teme que los números vayan creciendo.
AGREGADO 2 (29 de diciembre-2009)
12 mil millones de dólares en pérdidas
Las indiscreciones sexuales de Tiger Woods ya causan estragos por un valor de 12.000 millones de dólares a las empresas que le pagaron millones en patrocinio, según un estudio.
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