Un borracho “en la arbolada”, sociedad en la pavada

La sociedad paraguaya busca íconos, personajes ejemplares que pueden ser deportistas, estudiantes, científicos, trabajadores....y muchas organizaciones y empresas eligen justamente a esta altura del año a los sobresalientes que merecen el aplauso de los demás. Llama la atención que sea lanzada como exitosa la figura de un borracho que incluso es contratado por empresas por su “imagen vendedora”. Ocurre que “el borracho de la arbolada” amenaza con tapar a gente virtuosa que realmente hizo méritos para conquistar la admiración ciudadana.

En nuestra sociedad, en la que un bebedor se jacta de su beodez y comenta en la oficina “no se cómo hice para llegar a casa luego de tomar 30 latitas de cerveza” y eso se considera un galardón que se comenta con pasión y orgullo (cuando es un dato de la vida privada que debería tratar de ocultarse) la verdad es que no debería extrañarnos que un beodo confeso que además tuvo un accidente de moto y fue rescatado por los bomberos de la copa de un árbol se convierta en un personaje a considerar positivamente.
Y que incluso sea admirado por multitudes a pesar de que la Policía Caminera advierte que espera por lo menos unas 50 expiraciones en accidentes de tránsito antes de que expire el año. El alcohol y el tránsito deberían ser temas de reflexión y preocupación ciudadana pero de esa amalgama surge un personaje que gana popularidad.

¿Imagen "a tener en cuenta"?
No nos debería extrañar que una discoteca, escenario del borrachismo, le haya comprado su imagen para promocionar una fiesta.
Estos son los días en que el índice de muertes en accidentes motociclísticos crece de un modo exponencial y no podemos dejar de considerar que ese es el telón de fondo en el que se catapulta la figura del “borracho de la arbolada”.

En la pavada total
No se qué pensarán los otros buenos ejemplos que se incorporan a la premiación de los “Jóvenes Sobresalientes” cuando se enteren de que “las frases célebres” de quien tuvo un accidente con suerte “gracias al alcohol”, serán backtones de llamadas de una de las empresas de telefonía celular que de ese modo exaltará antivalores, todo lo contrario de lo que se espera en una sociedad que busca senderos de competitividad y seriedad.
Dirán que soy aburrido pero algunos tenemos que quedar sobrios para decirle a la sociedad que estas son demostraciones de que en un amplio sector del quehacer nacional se está en la pavada. Francamente en el disparate. Realmente nos parece lamentable.

Una anécdota como final
Vicente Sarubbi, a quien Dios lo tenga en su gloria -exministro de Educación y ex director del Diario HOY- con quien una vez en medio del trabajo periodístico nos encontrábamos reunidos siendo yo jefe de redacción, recibía paquetes, tarjetas y homenajes de Alemania en las cercanías de la Navidad.
En un momento dado le dije que “ni en Paraguay tenía tantos amigos como en Alemania”.
Festejó la chacota y me respondió un tanto en broma “lo que tenés que saber es que estos regalos no son de los verdaderos grandes amigos sino de los compañeros de facultad que tuve allá, los más borrachos de todos a los que semanalmente les hacía el favor de manejar el vehículo en el que los recogía luego de largas jornadas de diversión y los repartía uno a uno a sus casas. No estaban en condiciones de manejar, yo si”.
Llegamos a la conclusión de que los borrachos son agradecidos y comentó que ahora son grandes empresarios, investigadores, docentes, en señal de que no se dejaron llevar por el trago.
Ojalá que el “borracho de la arbolada”, Diego Pérez se llama, triunfe realmente en la vida como peluquero y entienda que los vicios que hoy parecen catapultarlo hacia arriba y lo hacen volador, mañana deberá aterrizar.
Que para él, sea de buena forma.