Para los medios Monseñor Giménez fundamentalmente condenó la lucha de clases, el terrorismo y la paternidad irresponsable. Cada medio extrajo frases que le convenían para lanzarlas como arma arrojadiza a la cabeza de sus adversarios y santas pascuas. Y ocurre que pidió que todos, incluyendo a los de arriba, los de abajo los de izquierda y derecha “seamos santos e irreprochables” lo que significa dijo, “ser honestos, justos, veraces, pacíficos”, para alcanzar una sociedad solidaria y justa.
Los medios "usaron" el sermón de un modo práctico a sus propósitos de sermonearle al adversario político. En Paraguay los medios tienen adversario político.
La esencia de la homilía:
Dios pide que seamos santos e irreprochables, que significa ser honestos, justos, veraces, pacíficos. Y nosotros, en cambio, ¿cómo vivimos? No como hijos de Dios, como hermanos, sino como enemigos confrontados en lucha de clases, que tarde o temprano nos llevará al derramamiento de sangre, porque el motor que impulsa el corazón de algunos grupos de paraguayos no es el amor ni la justicia, sino el egoísmo, el odio, el resentimiento y la amargura; la soberbia, la violencia y la mentira; la hipocresía y la indiferencia ante el hermano, ante nuestros semejantes. Las relaciones en el mundo del trabajo se han de caracterizar por la colaboración, porque el odio y la lucha por eliminar al otro constituyen métodos absolutamente inaceptables, porque en todo sistema social son indispensables al proceso de producción tanto el trabajo como el capital. Entonces, no funciona la frase: “O se van ellos, o nos vamos nosotros”. Es una frase excluyente, que descarta toda colaboración y complementación enriquecedora.
Ante esta situación una parte quedará afuera forzosamente. En este país tenemos que aprender a convivir solidariamente todos, sin exclusión, en espíritu de colaboración mutua. Aquí están nuestras raíces históricas, culturales y religiosas extraordinariamente profundas. Pretender eliminar a un grupo porque es rico o porque es pobre, es un camino equivocado.
Otros títulos que hubieran exaltado la esencia de la homilía:
Iglesia pide un país sin egoísmos y que el amor nos
guíe a romper exclusiones para alcanzar la justicia
Iglesia clama no pensar en eliminar ni a ricos
ni a pobres y reclama sociedad más solidaria
En Paraguay el amor y la justicia son sustituidos por odios
egoísmos, las mentiras, la soberbia dice Monseñor Giménez
Caacupé condena la exclusión que genera violencia
Lo que los medios hicieron fue tomar la homilía para reforzar su crítica "al otro", pero si los medios mienten, son hipócritas, excluyen, bueno, eso se verá luego. Ya sabemos que hay ausencia de autocrítica.
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