Por razones estratégicas en el futbol, los técnicos usan lo que llaman “puntero mentiroso”. Es un mediocampista disfrazado de delantero que tácticamente responde a la función de reforzar la línea de aproximación al arco rival. Inglaterra trajo una novedad a este Mundial: un arquero mentiroso.
Es sorprendente cómo en la alta competencia puede cometerse un error tan grave como el que cometió el pobre de Robert Green cuando el norteamericano Cint Dempsey lanzó un tiro suave que se convirtió en mortal ante las manos enmantecadas del cuidapalos británico.
No fue una metida de pata, sino que una metida de mano tremenda que ya a viene a ser la primera monumental anécdota para el comentario sabatino entre trago y trago de la muchachada.
Fuera de eso, Inglaterra es lo más sólido que vimos en fútbol. Veloz y vertical. Poco peloteo en el medio campo, el necesario para organizar el ataque y luego suma gente del mismo modo que cuando le atacan, hay un repliegue colectivo acelerado y ordenado.
Lamentablemente tan estúpido gol en contra redujo la autoconfianza del equipo y al final quedó protegiendo el empate 1-1 frente a la selección norteamericana.
Sorpresa en el Mundial de Sudáfrica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario