sábado, diciembre 02, 2006

Japón tiende una mano a los indígenas pero el Senado puede echar a perder el gesto

Aborigenes apostados frente al Congreso, reclaman ser escuchados.

“Nos critican por que nuestra gente viene a pedir limosnas en los semáforos de Asunción. Yo le pregunto a ustedes como los Mby’a Guaraní no vamos a venir a vivir de limosnas si nos estamos quedando sin tierras. No tenemos caminos para sacar nuestros productos, no recibimos cooperación para capacitar a nuestros líderes a nuestras mujeres. Japón donó 1.710.185 dólares por conducto del Banco Mundial para regularización de tierras indígenas, cursos, trabajos de organización. El Gobierno firmó el documento que ya se aprobó en Cámara de Diputados, se trancó en el Senado y si no se aprueba este año, se pierde el dinero. Vamos a morir aquí en la plaza del Congreso pero no nos vamos a mover sin la Ley bajo el brazo. Les pedimos que nos ayuden”. Catalino Sosa el líder mby’a habla firme.

El lamento mby’a está justificado. Hay ayuda solidaria de Japón pero como los aborígenes tienen escaso peso político, sus problemas nunca son prioridad uno. 120 niños, jóvenes y adultos llegaron hace varios días y acampan en la plaza del Congreso en espera de que los “genuinos representantes del pueblo” incluyan el capitulo en el temario de la próxima sesión plenaria.
Los aborígenes tampoco son compradores de diarios. No son un público meta que merezca atención para destinarles espacios o defender su causa. Del mismo modo, para la gran prensa, la problemática indígena puede seguir esperando.
El proyecto de ley ya tiene media sanción de Diputados, cuenta con la venia de la Comisión de Reforma Agraria del Senado y es preciso que se apruebe en el presente período parlamentario que concluye el 20 de diciembre porque de lo contrario se corre el riesgo de que la donación, producto de la solidaridad del pueblo y el gobierno de Japón, se pierda entre la decidia parlamentaria.
Vienen aborigenes chaqueños
Anuncian que aborígenes del Chaco también están en camino para acampar frente al Congreso. “Es de vida o muerte para nosotros que la donación ingrese al presupuesto de 2006 como ampliación para el INDI” (Instituto del Indígena) enfatiza Catalino que nos habla en guaraní. Dice que “ese dinero representa solución para problemas de tierras, para capacitación de mujeres, para capacitación de líderes, “entero mba’e oikepa upepe ha roipota oñehendú oreve” dice al referirse a que en la ayuda tiene componentes diversos y que es preciso que se les escuche.
Expone que hay 52 comunidades indígenas de las que sólo 20 tienen sus tierras en regla y es necesario un plan de regularización de tierras que será posible con la donación .
Gilberto Mendez, otro de los líderes recuerda que si se va a cumplir la Ley, cada familia indígena debe tener 20 hectáreas pero eso es letra muerta. “No tenemos Tierras y sin embargo todo esto que se llama Paraguay es nuestro” dice como descendiente de los primigenios pobladores de estas comarcas.
Cuenta que en una zona de Caaguazú viven 40 familias en 80 hectáreas y naturalmente la productividad del suelo empobrecido cae sin detenerse, las cosechas cada vez son menores y la situación de empobrecimiento ejerce una fuerza centrífuga que los expulsa.
Es así como los semáforos de Asunción se llenan de indígenas mendicantes, fenómeno que ni Gilberto ni Catalino desean que se prolongue.
Pedimos a nuestros lectores que envíen el mensaje “Escuchen a los aborígenes y prueben la Ley que va a resolver buena parte de sus problemas”.
O incluso si así lo quieren, este texto informativo, copian y pegan en esta dirección de la Cámara de Senadores del Paraguay

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