Vaticano no acepta la renuncia de Fernando Lugo quien se considera liberado para inicir su carrera política. En una carta de Admonición Canónica le siguen considerando obispo y "en el nombre de Jesucristo" le exhortan a"reflexionar seriamente sobre su comportamiento y sobre los efectos que de el se derivan para Usted y para la Iglesia, y confío en su sentido común y en su fidelidad a la vocación divina recibida". Lugo, parece decidido a no dar marcha atrás. A continuación, la carta de la Santa Sede, a Lugo.
Admonición Canónica a S.E. Mons. Fernando Lugo Méndez, S.V.D. Obispo emérito de San Pedro (Paraguay)
La Santa Sede ha tomado conocimiento con sorpresa de que algunos partidos políticos tienen la intención de presentar a Usted como candidato en las próximas elecciones presidenciales de esa Nación Paraguaya.
Usted sabe bien que el canon 285 § 3 del C.I.C prohibe a los clérigos asumir oficios públicos que conlleven una participación en el ejercicio del poder civil, ya sea ejerciendo en la función legislativa, ya en la ejecutiva o en la judicial. Además, el can. 287 § 2 del C.I.C. veda a los clérigos el participar activamente en los partidos políticos o en la dirección de asociaciones sindicales.
El encargo que se le pide asumir no es congruente con la misión sacerdotal y episcopal, la cual tiene como objetivo fundamental la salvación de las almas. Es verdad que la misión del Obispo comporta también su solicitud por los problemas humanos y sociales de la gente, pero en un modo coherente con el munus episcopal. El Obispo, en efecto, debe ser siempre fiel a su vocación y misión, conservando su identidad espiritual, eclesial y pastoral -también para ser instrumento de unidad y de concordia- y no puede sustituir indebidamente a los laicos en la misión propia de éstos.
Como Usted sabe, es propio de la misión de los laicos el perfeccionar el orden de las realidades temporales según el espíritu evangélico, trabajando así por instaurar el Reino de Dios en el mundo (ef.LG.,31 AA 2-4,7; Gs.43, CIC can. 225 § 2).
La eventual aceptación de la invitación que se le ha hecho está, por tanto, claramente en contraste con la grave responsabilidad de un Obispo de la Iglesia Católica, llamado a promover y defender la unidad de la Iglesia, de su doctrina, culto y disciplina (cfr.can.375).
Algunas de sus declaraciones han creado ya graves desconcierto en los pastores y en los fieles de Paraguay, que desean que Usted recuse tal candidatura.
Ahora, según el can. 1347, § 1, le hago esta pública admonición canónica de no aceptar la candidatura a presidente de la República del Paraguay. En caso contrario le será impuesta -como primera sanción- la pena canónica de la suspensión, que prohibe a los ministros sagrados todo acto de potestad de orden y de jurisdicción (cfr. can. 1333, § 1).
En el nombre de Jesucristo le exhorto a reflexionar seriamente sobre su comportamiento y sobre los efectos que de el se derivan para Usted y para la Iglesia, y confío en su sentido común y en su fidelidad a la vocación divina recibida.
Ciudad del Vaticano, desde la sede de la Congregación para los Obispos, a 20 de diciembre de 2006.
Giovanni Battista Re
Prefetto
Francesco Monterisi
Segretario
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discrepo completamente con respecto a lo que el vaticano piensa o impone a toda una nacion al no aceptar la renuncia de una persona, que pese a su fe, educacion y creencia, renuncia para poder tomar el mando de una nacion despedazada por sanganos que estan hace 60 años en el poder. Con esta actitud solo demuestra lo que siempre ha echo, cuidar sus propios intereses para no ir en contra de los gobernantes y olvidarse de sus fieles que siempre estuvieron ahi como en el transcurso de la historia. Una ves mas demuestran ser tan o igual de peligroso que los mismos politicos que reinan en este pais.
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