
Dos recipientes de leche “Trébol” y uno de “COOP” abiertos y los tres en condiciones de fermentación. No había nada que hacer más que tomarnos la molestia de ir l supemercado Stock de donde compramos los productos.
Los sachets estaban abiertos pero con pinzas de ropas nos agenciamos para llevarlos sin derramar una sola gota. La cajera nos miró mal, pero la miramos peor y le pedimos que probaran el contenido y lógicamente nos demostraron que la dependienta no estaba para semejante prueba.
Hizo las consultas del caso y nos retornaron tres sachets que felizmente tenían el contenido en perfectas condiciones organolépticas. Nos liberamos de la tensión y retornamos. Es fastidioso hacerlo, pero hay que hacerlo porque si es elevado el porcentaje de los consumidores que se “tragan” un producto en malas condiciones es que estamos siendo víctimas propiciatorias de más abusos.
Yo como consumidor lo tengo sancionado al Hiper 6 que en la pasada semana santa me vendió garbanzos con piedritas. Lamentablemente lo descubrí cuando estaba muy “jugado” sobre la recordación de la Ultima Cena y devolver el garbanzo iba a producir contratiempos familiares pero protesté y recibí las disculpas del caso.
Hay una responsabilidad social que los consumidores debemos cumplir porque cuanto más exigentes somos, más factores de cambio positivo somos.
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