El gobernador de Central, Carlos Amarilla puso fin a su antipatriótica sandez y anunció que finalmente la licitación de 100% de leche fluida para el programa de la merienda escolar.
Había empezado con la pretensión de licitar 100% de leche en polvo importada por la firma Masily representada en Paraguay por su amiga y correligionaria Celeste Amarilla pero se encontró con una protesta generalizada por pretender desarrollar la industria láctea argentina y no la paraguaya.
Amarilla, el gobernador, dijo ahora que inspirado en la celebración de la Semana Santa que recuerda el sacrificio de Jesús en la cruz para lavar nuestros pecados y su posterior resurrección, vió la luz y decidió cambiar de parecer.
Se trata de la compra de 18 millones de raciones de 200 centímetros cúbicos de leche con panificados, por un monto de alrededor de 3 millones de dólares que se espera, beneficie a unos 50 mil productores que cuentan con 8.500 tambos en los que trabajan por lo menos 250 mil personas.
Se había aferrado tozudamente a esa idea de seguir trabajando con su correligionaria y fue acusado de amoldar la licitación a favor de la firma Masily.
Tan fanatizado con esa posibilidad estaba que no vamos a aplaudir aún que Carlos Amarilla haya recapacitado porque todavía nos queda el temor de que todo siga igual que antes.
Claro porque no se descarta que la licitación esté orientada a Masily y que la firma importadora de leche en polvo simplemente se dedique a licuar ese lácteo agregándole agua para participar del concurso y ganar como proveedor de leche fluida.
Dios quiera que no sea así y que efectivamente el corazón de Amarilla haya sido inspirado para defender el concepto de “Compre Paraguay” y se beneficien los intereses nacionales con esta operación.
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