domingo, julio 09, 2006

Sin organización no hay desarrollo: No estar organizados es un indicador de pobreza

En la democracia, lo público -aquello que conviene a todos de la misma manera para su dignidad (bienes, derechos, servicios)- se construye desde la sociedad civil, pero para ello es fundamental que los ciudadanos se organicen.

La organización permite que los individuos articulados entre sí tengan la fuerza suficiente para proteger sus derechos.
Lo que llamamos tejido social no es otra cosa que el entramado que generan entre sí los diferentes individuos y organizaciones.
A mayor número de organizaciones, mayor dinámica, fortaleza y autorregulación logra la sociedad.
Esta es la esencia de la conferencia sobre "Si la sociedad no construye lo público ¿quien lo hace?" dictada por el filósofo colombiano Bernardo Toro ante 300 personas el pasado 8 de Junio en el Carmelitas Center de Asunción.

Toro, filósofo colombiano, expuso que “somos una sociedad que por diversas razones ha dejado de lado la organización de los individuos”.
Comentó que Tocqueville resumió la gravedad de esta aseveración con una frase contundente: "Sin organización no podemos desarrollarnos".
Tocqueville llegó a esta conclusión luego de investigar por qué la sociedad norteamericana logró en 200 años una federación de estados independientes cuyo similar intento a Europa le llevó más de 3 mil años.

Desorganización=Pobreza
”Uno de los indicadores más importantes de pobreza es no estar organizado” dijo Bernardo.
La organización convierte a los individuos en actores sociales para proteger, concertar y hacer converger intereses.
Cuando la persona no esta organizada -advirtió- no se siente obligada a respetar reglas con los otros ni con la sociedad (no tiene autorregulación). Al mismo tiempo, su aislamiento facilita que otros le violen sus derechos (no tiene protección social).
Cuánto mayor es el número de organizaciones a las que pertenece una persona, más protegidos están sus derechos y más autorregulación tiene.

El Estado
En la democracia no es posible pensar en la ciudadanía sin un estado fuerte. Pero ¿Qué tipo de estado es un estado fuerte? Un estado en el que sus ciudadanos ya sean indígenas, empresarios, campesinos, inmigrantes, liberales, conservadores, ateos, creyentes o comunistas, tengan la certeza de que sus derechos e intereses serán defendidos y protegidos en igualdad de condiciones.
Un estado que pueda proteger con igual fuerza e igual calidad, la industria del empresario y la vaca del campesino es lo que se llama "Síntesis de la contradicción".
Un estado es fuerte no por el dinero ni por las armas que posee sino por la capacidad que tiene de ser la síntesis de las contradicciones de sus ciudadanos.

La Democracia
En otro momento de su charla, Bernardo comentó que América Latina ha empezado a apostar al proyecto democrático desde hace pocos años.
Sin embargo, hemos entendido que la democracia es igual a liberalismo económico; que democracia es dejar hacer; que la democracia es libertinaje. Todavía hoy se piensa que democracia es que cada uno haga lo que le de la gana.
Nada de esto es correcto. El liberalismo económico es de hace aprox. 200 años, mientras que la democracia como proyecto nació hace 2.500 años, en Grecia con éste graffiti: "El orden de los hombres no depende de los dioses, depende de los hombres".
Los griegos creían en la otra vida y pensaban que existía el mundo de los dioses (Olimpo) y el de los seres humanos (Cosmos) y que los dioses definían la vida de los humanos. Regía el concepto de destino y cuando hay destino no hay historia.
Si cada uno de nosotros tiene la vida predeterminada la sociedad también la tiene, e independientemente de lo que hagamos siempre vamos a terminar haciendo lo que está predeterminado.
La corriente filosófica sofista –entre cuyos miembros se encontraba el autor del graffiti- desafiaron todos los conceptos vigentes hasta el momento. Afirmaron que no hay destino, sino que nuestras acciones dependen tan sólo de nosotros.
Con esta aseveración nacen los conceptos de historia y de democracia (la decisión de una comunidad de autoordenarse).

Los principios de la democracia:
Secularidad: El orden social no es natural, todo orden social es construido y por eso es posible construir democracia.
Lo que nos pasa como sociedad, no es por mala suerte, no es el destino, no es que Dios nos abandonó. La grandeza y miseria del Paraguay no es culpa de nadie en particular; es lo que construimos todos. La inequidad es una creación nuestra y por lo tanto también podemos crear la equidad, el orden y la compasión.
Esto es fundamental porque si no, caemos en la facilidad de pensar que nuestras desgracias son parte de nuestro destino.

Autofundación:
La democracia es el orden más riguroso que el hombre ha construido. Es un orden que se caracteriza porque las leyes y las normas son construidas por las mismas personas que las van a vivir y proteger para la dignidad de todos.
Es el principio de autofundación. La libertad no es posible si no en el orden, pero el único orden que produce libertad es el que las personas se autoimponen.
Kant dice que todo el mundo está dispuesto a cumplir una ley si pasa una de estas tres cosas: a) si participamos en la construcción de la norma (autofundación), b) si existiendo antes, la aceptamos como propia (refundación), o c) si confiamos a otros la creación de la norma (representación).

Incertidumbre: No existe un modelo ideal de democracia. A cada sociedad le toca crear su propio orden. Nos toca trabajar, hablar para darle forma a nuestra democracia.

Ética: Aunque no existe un modelo ideal de democracia que podamos imitar, todo orden democrático se caracteriza por hacer posible los derechos humanos y el cuidado de la vida.
Puede que un modelo no se llame democracia pero si respeta los derechos humanos y cuida la vida, es democracia.
Del mismo modo, puede que un sistema se llame democracia, pero si no está protegiendo los derechos humanos ni cuidando la vida, no es democracia.
Es el criterio ético el que define lo que es una democracia. La ética es el arte de elegir lo que conviene a la dignidad de todos. En otras palabras es hacer posible los derechos humanos para todos.

Complejidad: La diversidad y las diferencias son constitutivos de la convivencia democrática. Voltaire dijo: No estoy de acuerdo contigo pero daría mi vida porque puedas expresar tu pensamiento.
El conflicto existe no porque seamos malos sino porque todos tenemos intereses diferentes. El secreto de la democracia es reconocer esa diferencia. En los demás sistemas de gobierno suele suceder que los sectores minoritarios son desplazados.
En la democracia se le garantiza su existencia a todos los sectores. La diversidad existe porque cada uno es único e irrepetible.
A través del debate, del dialogo, del reconocimiento del otro, la democracia busca la unidad pero no la uniformidad.

Lo público: En la democracia, lo público se construye desde la sociedad civil. ¿Qué es lo público? Es aquello que conviene a todos de la misma manera para su dignidad. Un bien no es público cuando es de una manera para unos y de otra manera para otros.
El servicio de agua es público si llega la misma calidad y cantidad de agua al barrio más alto de Asunción y al barrio más humilde.
El desafío más importante de nuestras sociedades es construir los bienes de una misma manera para todos. La justicia, los servicios, la educación, la salud preventiva, la vivienda, las telecomunicaciones, etc. son públicos cuando generan equidad.
La educación, por ejemplo, será pública cuando estudiar en un colegio privado produzca los mismos aprendizajes y el mismo reconocimiento social que estudiar en un colegio público. Si no es así, la educación no es pública sino más bien estatal.

Ciudadanía y Dignidad: Una sociedad es más equitativa cuanto más bienes públicos tiene y puede producir. La igualdad no es posible ya que no somos todos iguales pero en cambio si es posible la equidad.
Para lograr la equidad es necesario que las personas se conviertan en ciudadanos que en cooperación con otros tengan la capacidad de crear, transformar o conservar el orden social para lograr la dignidad de todos.


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