Cuando los familiares del secuestrado Fidel Zavala han decidido manejar inteligentemente la situación con la prudencia que el caso requiere, ya aparecieron los medios divulgando información inconveniente como que los socios de la Asociación Rural del Paraguay - uno de los segmentos más adinerados del país - comienzan una colecta para reunir el dinero solicitado, unos 5 millones de dólares.
Con la información que se ha suministrado a los secuestradores, estarán repensando si el monto que pidieron está acorde con el formidable potencial de aportes que la cúpula de empresarios ganaderos puede reunir.
Si los hacendados más adinerados del país están dispuestos a abrir la billetera para poner el dinero y eso se dice en una reunión de prensa (¡Dios nos libre y nos guarde de tamaña imprudencia!) la prensa debería filtrar la información siguiendo los cánones de sensatez.
Pero no, ya se ha publicado en las ediciones electrónicas de un modo alegre que no va a faltar dinero con lo cual se hace un flaco favor a una tratativa que además de rescatar sano y salvo a Zavala, debe lograr reducir el descomunal monto de dinero en juego como se hace en toda negociación.
Hubiéramos callado la divulgación de esta fenomenal estupidez que se deslizó en la edición electrónica de Ultima Hora, pero está visto que es momento de denunciar la incontinencia informativa para evitar males mayores.
Obispo imprudente
Vayan también unas líneas para criticar la falta de sentido de oportunidad del deslenguado obispo Zacarías Ortíz de Concepción quien tras el secuestro sale a cuestionar la política social del gobierno y profetiza a favor del grupo armado que ha perpetrado el secuestro. No es momento de “politizar” la situación.
Tampoco es momento de elevar el rating mediático sin tomar en consideración que lo importante ahora es que el secuestrado vuelva a su casa sano y salvo.
En tal sentido, elogiamos la actitud del Presidente del Congreso Nacional Miguel Carrizosa quien con madurez, con prudencia expone que lo prioritario ahora es devolver a Fidel Zavala al seno de su familia y luego debatir cuestiones que a esta altura son totalmente inoportunas.
Unámonos detrás de la causa y dejemos que los sabios en la materia tomen el control de los acontecimientos y posterguemos para después los desacuerdos.
Entendamos que no es un tema apropiado para buscar figuración ni presionar en pos de encumbramientos políticos, religiosos, empresariales o mediáticos.
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Excelente tu post, espero que la prensa entienda por fin.
ResponderEliminarSaludos
Nuestras imprudencias periodísticas son causantes de muchas postergaciones. Los periodistas debemos asumir nuestra irresponsabilidad. Ya debe terminar la prioridad de la noticia maquillada de escándalo si en verdad, 20 años después de la ida del dictador, queremos sacar adelante a nuestro país. O todos los periodistas nos inclinamos hacia la sensatez o esto va a pique. La sensatez, pareciera, no es el denominador común entre los colegas. Excelente comentario, Carlos.
ResponderEliminarA LA PRENSA NO LE IMPORTA LA VIDA DE ESTE SEÑOR SOLO LE IMPORTA LA TIRADA Y LA CANTIDAD DE VENTA Y DIFUSION!!! MUEREN POR SER LOS PRIMEROS EN TIRAR LA INFORMACION COMPLICANDO DE ESTA MANERA LA VIDA Y JUGANDO CON LA PREOCUPACION DE LOS FAMILIARES!!! UNA VEZ MAS ESTY DE ACUERDO CON LA CREACION DE UNA LEY QUE CONTROLE A LA PRENSA Y LO QUE PUBLICAN!!!! SI A LA LIBERTAD DE PRENSA NO AL LIBERTINAJE AMARILLISTA!!!
ResponderEliminarLa prensa es un negocio que como todo negocio busca ser rentable. Vende un producto que es la noticia y la noticia más valiosa es el suceso, vale decir secuestros, accidentes aereos, terremotos. Claro, cuando no hay sucesos se recurre a los escándalos y los políticos son productores de escándalos, seguidos de las modelos.
ResponderEliminarAhora cuando se habla de legislar sobre el negocio de la prensa, los medios dicen que es un derecho humano y cuando un juez falla contra una calumnia, muchas veces los medios dicen que los jueces intentan amordazar a la prensa. Siempre se le busca la vuelta al asunto. Nos falta seriedad, prudencia y madurez muchas veces a los periodistas pero sobre todo a los medios.