Cuando el robo y el contrabando son fuentes alternativas del financiamiento electoral

El 20 de julio pasado, habíamos publicado en este blog un comentario bajo el título “Ojo con el fondeo electoral: Si la corrupción se instala en las elecciones, elegiremos corrupción”, originado en la preocupación de empresarios que estaban sufriendo los efectos del contrabando y nos preguntábamos ¿de dónde sale tanta plata para el financiamiento de campañas electorales? Luego del asalto a una azucarera en que los asaltantes manejaban información confidencial, es la Policía paraguaya la que deja flotando la pregunta y desliza sospechas de que la política en tiempo electoral, está detrás de fuentes alternativas de financiamiento. Hoy se realizan elecciones en Brasil, con Lula embadurnado de corrpución.

Una de las primeras declaraciones formuladas por los dueños de la Azucarera Friedman de Villarrica, donde una banda perpetró un robo de unos 120 mil dólares aunque los asaltantes tenían la correcta información de que en caja fuerte deberían existir 300 mil dólares, es que los ladrones manejaban información confidencial a la que muy poca gente tenía acceso.
El cotidiano abc color, publica sospechas policiales de que dada la calidad de la protección y el escondrijo de los ladrones, quedan pocas dudas de que hay políticos involucrados. Dejan entrever que en períodos electorales anteriores, se produjeron acontecimientos similares y que lo que ahora acontece no hace sino fortalecer las presunciones.

Cleptocracia
Este es un neologismo que significa llanamente: gobierno de los ladrones. Si la dirigencia política es corrupta, jamás será posible siquiera pretender cambiar el rumbo de los acontecimientos que inciden sobre la calidad de nuestras vidas. Si la dirigencia política es corrupta, siempre tendrá recursos infaltables que financiarán su perpetuación en el poder.
Es una excelente señal que el ex intendente de Lambaré Juan Ramón Martínez , profundamente implicado en el saqueo de fondos públicos haya sido descubierto y aunque debe suponerse que tiene recursos extraordinarios para contratar los mejores abogados y por descarte –tal como se estila- llegar hasta un juez “benigno” a su causa, se ha convertido en un fósil político.
No hay otra, salvo que iniciemos un proceso de maduración cívica y que al mejorar nuestra calidad de ciudadanos, seamos mejores contralores de la gestión de nuestros dirigentes, examinadores insobornables de la calidad de la política y los políticos.
Hoy día los abanderados del control del financiamiento político son los integrantes de una organización de la sociedad civil denominada grupo Impulsor para la Regulación del Financiamiento Político.
Estamos ante un drama de grandes proporciones que incluso ennegrece las elecciones de hoy en Brasil que pueden quedar anuladas por el escándalo de corrupción que lo fue contaminando cada vez con mayor intensidad.
En Paraguay se propone una nueva legislación y aunque sabemos que las leyes no son suficientes, es preciso endurecer las sanciones y del otro lado, nos corresponde a los ciudadanos erigirnos en más celosos custodios de la calidad de gestión política. Si no mejorarmos nuestro nivel de civismo, no podemos pretender desarrollo sostenible.
Lea más>>