jueves, febrero 26, 2009

La lógica sacerdotal en las acciones de Fernando Lugo por sobre la lógica política tradicional

Dos acciones del Presidente Fernando Lugo produjeron ayer desconcierto inicialmente en la prensa y luego en sectores ciudadanos y políticos. Una denominaron como sorpresivo cambio de criterio en torno a la nueva cúpula judicial y la otra, la visita a un coronel del Ejercito condenado a pena carcelaria en la Argentina por delito de contrabando y objeto de dispensas presidenciales.

Un día antes Lugo había cuestionado la legitimidad de la elección de la nueva cúpula del Poder Judicial por carencia de ética y ahora se declaraba congratulado justamente por la integración de la nueva mesa cupular. Lo que se llama, un giro copernicano en su visión de los hechos.
Poco después, Lugo decidió visitar en su casa al coronel de aeronáutica Lorenzo Benítez Liseras quien tras ser descubierto en un avión que pilotaba con un cargamento de cigarrillos, fue condenado en Argentina a cuatro años de cárcel por contrabando.
El militar fue dado de baja deshonrosa en las FF.AA., durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos pero Lugo emitió otro decreto recientemente en virtud del que lo repuso en el coronelato a Benítez Liseras.
En resumen, un militar contrabandista recibió las dispensas presidenciales.
Naturalmente que dos manifestaciones “políticamente incorrectas” que carecen de los aderezos de comunicados de prensa que expliquen, amplíen o contextualicen esos hechos, producen en la gente una sensación de desconcierto que las tiras cómicas han logrado sintetizar magistralmente con un “plop” y que los paraguayos –en el dulce idioma guaraní- lo exteriorizaríamos con un “mba’e piko koa che dio” (qué es esto mi dios).
A mi entender, sería un error analizarlo a Lugo desde la lógica política tradicional y quedarnos simplemente ahí. Se que una amplia mayoría lo juzgará de ese modo para concluir erróneamente que no está preparado para ejercer la Presidencia de la República.

El gesto sacerdotal
Es evidente que los dos hechos que analizamos aquí Lugo los protagonizó desde una lógica sacerdotal cristiana.
Admitir errores, pedir perdón, protagonizar actos de humildad, visitar a los pecadores, son gestos que lo aproximan al más grande de los hombres que habitó entre nosotros. Esos actos figuran en el manual de buen cristiano.
Pero del mismo modo en que en pocas horas cambió de parecer en torno a la cúpula de la Corte Suprema de Justicia, podemos esperar que con su justo criterio, revea la decisión de devolverle las estrellas al coronel contrabandista o que explique claramente cual es el mensaje que quiere transmitir con la actitud de reponerlo en el cargo.
Quedamos muy atentos a que revea su decisión o a que la explique.

7 comentarios:

  1. Está bien explicada tu teoría pero andá convencele a la gente que el lavatorio de los pies del coronel contrabandista es un acto correcto y que tenemos que entender que hace bien actuando así porque entonces hay que esperar que le visite en su casa a Blas N. Riquelme y Galaverna por ejemplo.
    Digo, siguiendo lo que vos llamás "lógica sacerdotal" del comportamiento del Presi.

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  2. Convengamos en que estamos ante un estilo diferente de hacer política. Hay un cambio en la manera y yo interpreto mensajes en el modo luguiano de gobernar.
    Lo aclaro, no entiendo todos los mensajes. No entiendo la devolución de estrellas a quien fue condenado por contrabandista.

    Una cosa es la deuda espiritual y moral que el coronel tiene con el Creador y que la va a resolver en el juicio final, vale decir en otra instancia. Otra cosa diferente es el delito terrenal de cara a las leyes de los hombres.

    Está escrito ahí que esperamos una explicación clara sobre el tema.

    A ver, entiendo el "lavatorio de los pies" pero no entiendo la devolución de las estrellas.

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  4. "Espero que lo visiten y se enteren bien de su caso", respondió Lugo a la prensa sobre la polémica situación del coronel Lorenzo Benítez Liseras.
    Estos es lo que se publicó en Ultima Hora y abc.
    No puede revelar nada porque es un secreto de confesión seguramente.

    Richard
    Saludos desde Málaga.

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  5. Esta es la explicación que el coronel involucrado cuenta y que explica por qué fue reintegrado sin mayores problemas.


    DIARIO ULTIMA HORA

    Sábado, 28 de Febrero de 2009
    Coronel afirma que aterrizó en Argentina porque "se extravió"

    Tras conseguir el permiso de sus superiores, Lorenzo Benítez Liseras rompió el silencio y dio su versión de los acontecimientos. Niega ser contrabandista o narcotraficante y dice que no conoce al titular de la EBY.

    El coronel Lorenzo Benítez Liseras, quien fuera dado de baja de las FFAA por delito contra el servicio y ultraje a las FFAA, y recientemente reincorporado, dio ayer su versión sobre los hechos que lo tuvieron como protagonista.

    En la historia se mezclan el "ingreso accidental" según el militar, a territorio argentino, con un cargamento de cigarrillos, dos años de cárcel en el vecino país, y ahora un cargo como jefe de Inteligencia en la Fuerza Aérea.

    Benítez señaló que en el 2005 se encontraba gozando de un permiso de seis meses y en ese momento decidió pilotar un avión para transportar un cargamento de cigarrillos desde Santa Rita hasta Yabebyry, mercadería perteneciente a Gilberto Rodner.

    Indicó que lo hizo "solo por volar" y "por única vez" y que no recibió pago alguno.

    También negó conocer a Evaristo Ríos, propietario del avión, ni al director paraguayo de Yacyretá, Carlos Cardozo.

    El piloto recordó que se desató un temporal que le hizo perder el rumbo. Dijo que perdido y con poco combustible, realizó un aterrizaje de emergencia en territorio argentino y una vez en tierra se presentó ante los dueños del sitio, la familia Penzo, para explicar el percance y pedir que se le contacte con las autoridades.

    Según el militar reincorporado, en territorio argentino se violaron leyes de dicho país e internacionales que contemplan un aterrizaje de emergencia. "No me tuvieron en cuenta porque era un paraguayo", se quejó.

    Relató que su caso fue caratulado primeramente como "Violación del Espacio Aéreo Argentino, por un coronel que trabaja en Inteligencia".

    También señaló que se encontró desamparado y que estuvo prisionero en un calabozo de 6 x 8 por ocho meses. "Nadie del Estado fue a darme una mano", indicó.

    En primera instancia fue condenado a cuatro años de prisión, pero a los dos años se decidió deportarlo por su situación migratoria irregular.

    Mientras tanto, en Paraguay se le dio el retiro absoluto de las FFAA.

    Ya en Paraguay inició el proceso de reincorporación.

    EXPLICACIONES SOBRE LA VISITA DE LUGO

    Según el coronel Benítez Liseras, el presidente de la República tuvo conocimiento de un mal que aqueja a su hijo, lo que motivó su salida de la Academia Militar (Academil). Lugo supo que el hijo del coronel, que cursaba el tercer año en la Academil, se vio afectado por el caso de su padre, por lo que salió para recibir tratamiento profesional. Ello, según Benítez, motivó a la visita realizada por el mandatario el miércoles pasado, hecho que fue agradecido por el militar, quien señaló no tener más vínculo que el de un subordinado a un comandante.

    EL LUNES SE PRESENTARÁ

    El lunes el militar se presentará al comandante de la Fuerza Aérea, general Darío Dávalos Núñez, a fin de conocer su nuevo destino.

    Según trascendió, Benítez Liseras será el A2, es decir jefe del segundo departamento, o lo que es lo mismo, jefe de inteligencia de la Fuerza Aérea.

    El militar dijo que aún no tiene confirmación del cargo, pero explicó que no tendrá problemas para asumir.

    Indicó que su situación fue estudiada en diciembre pasado por la Junta de Calificaciones, y que luego fue reincorporado a las Fuerzas Armadas por decreto.

    Benítez Liseras tiene 27 años de servicio en el estamento militar, donde la quedan otros tres años de servicio, para llegar al tiempo de retiro.

    Señaló que no tiene expectativas de ascender a general, e indicó que la carrera militar es hasta el grado de coronel, ya que el grado de general es "ya un puesto político".

    El coronel indicó que después de retornar al país inició su defensa en los estamentos pertinentes.

    Considera que finalmente se "hizo justicia", luego de muchos años de verdadera pesadilla para él y sus familiares.

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  6. Frecuentemente utilicé la onda comunicacional de Lugo para educar a mis hijos. No siempre les daba la respuesta completa a sus dudas y los encaminaba a que ellos mismos descubrieran el concepto o la verdad. Lo hice porque mi padre hizo conmigo y desarrolló en mi la curiosidad y el afán de averiguar que fue luego un mérito profesional.

    Rescato el afán pedagógico de Lugo para con los periodistas. Ahora instituyó el premio monetario para quienes realizan las mejores investigaciones periodísticas. Y bueno, Fernando Lugo decidió que en vez de dar el pescado informativo, los periodistas salgan a pescar.
    Ultima Hora y La Nación hicieron lo que Lugo quería y trajeron las sorprendentes declaraciones del coronel que dice que no es contrabandista y lo explica. Abc color no actuó así, rehusó a ir a pescar la entrevista aclaratoria y quedó en “off side” en su edición de hoy.

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  7. (editorial abc color de hoy 1 de marzo de 2008)


    El presidente Lugo le debe una explicación a la nación

    Innecesaria y hasta ahora inexplicablemente el presidente Fernando Lugo acaba de dar un mal paso político. Va, hace una visita singular y privilegiada al coronel de aviación Lorenzo Benítez Liseras en su residencia, y además lo reintegra al cuadro permanente de las Fuerzas Armadas. Dicho militar es el mismo que fue apresado in fraganti con cargamento de contrabando de cigarrillos en su avión en la Argentina en el 2005, y condenado por ello a cuatro años de cárcel en ese país.Lugo no atiende cuestiones que son de sentido común elemental y desafía sus consecuencias. Es muy posible que todavía no encuentre el perfil de jefe de gobierno que debe tener y mostrar, y continúe apegado a su rol de dignatario de la Iglesia Católica y desde el cual se ve más tentado a impartir perdones que sanciones.

    Innecesaria y hasta ahora inexplicablemente, el presidente Fernando Lugo acaba de dar un mal paso político, de esos que hace preguntar: ¿de quién obtiene asesoría? Si es que, claro está, cuando hace estas cosas sigue algún consejo o simplemente obra según su talante.

    Lugo va, hace una visita singular y privilegiada al coronel de aviación Lorenzo Benítez Liseras en la residencia de este, además lo reintegra al cuadro permanente de las Fuerzas Armadas. Aunque nada de esto hubiera sido demasiado llamativo si no se tratara en este momento de una persona de esas a las que un político que aprecie su imagen pública no debería aproximarse.

    Sucede que dicho jefe militar es el mismo que fuera apresado in fraganti con un cargamento de contrabando de cigarrillos en su avión en la Argentina en el año 2005, donde además fue condenado por ese delito a cuatro años de prisión.

    El mensaje que Lugo transmite a la ciudadanía -especialmente a la oficialidad joven-, al intentar reivindicar moralmente de un modo apresurado y torpe a un militar que incurrió en tan grave inconducta, es que no importa lo mal que uno se comporte, si se tienen buenas relaciones políticas todo se pasa por alto, todo se arregla.

    Es muy posible que Fernando Lugo, como ya se dijo alguna vez, no encuentre todavía el perfil de jefe de gobierno que debe tener y mostrar, y continúe apegado a su rol de dignatario de la Iglesia Católica, y desde el cual se ve más tentado a impartir perdones que sanciones. Pero, definitivamente -como le diría cualquier asesor de imagen que consulte, o cualquier político amigo suyo con el que se haga aconsejar-, una cosa es perdonar como sacerdote y otra muy distinta es intentar hacerlo como presidente de la República, sin siquiera tomarse la molestia de utilizar los conductos constitucionales.

    El coronel Benítez Liseras, según la justicia argentina, es o fue un delincuente (según haya cumplido o no su pena judicial), reo de un delito que en nuestro país tiene muchas connotaciones políticas, por cuanto un jefe militar que se dedica al contrabando, seguramente utilizando el poder o la influencia que le otorga su rango o amparándose en sus vinculaciones institucionales, es alguien que comete al menos tres faltas muy graves: una, contra las leyes (aunque sean extranjeras); otra, contra su uniforme, al que degrada, ensucia y pone en ridículo; y, finalmente, contra su patria, a la que desacredita.

    Lamentablemente Lugo no atiende estas cuestiones que son de sentido común elemental y desafía sus consecuencias. Entre ellas, la de que muchas personas que votaron por él ya estén pensando que se va convirtiendo en otro político más, igual a los que nuestro país padeció durante las seis funestas décadas pasadas.

    Si no es así, si Lugo no va volviéndose un político más del tipo tradicional; si esta impresión que irradia últimamente está equivocada; si Fernando Lugo tiene verdaderamente la intención de cumplir con su promesa electoral de combatir y eliminar una de las peores lacras del Paraguay, como lo es, sin duda, la corrupción, no puede permitirse incurrir en hipocresía moral, como hizo -hasta ahora, por lo menos- en el caso de Benítez Liseras.

    Un presidente de la República que triunfa en las elecciones mostrando una figura moral opuesta a la que tuvieron los gobernantes que le precedieron, que con su triunfo parecía poner fin a un largo historial de corrupción pública como el nuestro, tiene que estimar como su principal capital su imagen de honestidad, recordando que la vida pública del político paraguayo quedó completamente degradada durante las últimas décadas, por lo que requiere con urgencia un renacimiento, es decir, de políticos que sean y parezcan hombres ejemplares.

    Se espera de Fernando Lugo que durante su paso por la primera magistratura de la República no solamente se abstenga de enriquecerse desvergonzadamente con la despreocupación y vulgaridad con que lo hicieron, por ejemplo, Wasmosy, González Macchi y Nicanor Duarte Frutos, sino también que no haga la “vista gorda” a sus allegados, a sus amigotes, a aliados políticos circunstanciales, etc.; que no premie y aliente con su “perdón” o frecuente amistosamente a los corruptos fundado en el amiguismo u otra forma de privilegio. En definitiva, que no se rodee de Manzonis, los Bowers, González Dahers, Bernales, Galavernas... y tantos otros malos ejemplos del pasado reciente.

    El coronel Benítez Liseras tal vez sea su amigo, pero atentó contra la imagen del país y de las Fuerzas Armadas; es, pues, un ciudadano de poca moral y un militar indigno de sus preseas. Salvo que haya sido oficialmente reivindicado de ambos defectos, hecho que ignoramos. Pero de haber sucedido, Lugo tenía que haberlo hecho público antes de ir él, en forma inoficiosa, personal, intempestiva e inadecuadamente, a dar su absolución social y política a un coronel de la nación judicialmente condenado por delitos comunes en un tribunal extranjero.

    Debemos convenir en que, por lo menos, el presidente Lugo le debe una explicación a la nación.

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