“Que renuncie el Ministro del Interior que no resuelve el problema de inseguridad” planteó el político opositor con un tono efectista y oportunista, tras la muerte Juan Andrés Ortiz Gómez de 18 años, secuestrado en Ciudad del Este. “Este no es el cambio que prometió el gobierno”, surgió el grito del entorno familiar y los amigos de la víctima en tanto que un padre destrozado e incrédulo expuso que "...no sé más qué decir, espero que el fallecimiento de Juan Alberto signifique iniciar una situación para mejorar nuestra sociedad".
Este caso específico extrae el debate del plano político para llevarlo al de la sociedad y la familia mientras cobran fuerza los detalles que plantean que hubo una suerte de autosecuestro con desenlace fatal inesperado.
El jefe de los secuestradores era amigo íntimo del secuestrado y una vez cobrado el rescate de 30 mil dólares, sobrevino el asesinato.
Los amigos ¿son los amigos?
¿Por qué lo mataron? ¿porque que contaría la verdad y comprometería a los involucrados o porque en presencia del dinero a repartir, sobrevino la codicia y alguien prefirió no compartirlo?
La justicia tiene ante si el desafío de desentrañar este doloroso caso que a todos nosotros nos lanza como una bofetada a la cara replantearnos qué es la amistad si la entendemos como un sentimiento puro pero positivo y bendito.
Nadie aún está en condiciones de asegurar ni descartar que este sea uno de ellos pero no son pocos los casos que se están presentando en el sentido de hijos que traman maniobras dolosas para extraer dinero de sus padres para llevar adelante a veces estúpidos caprichos consumistas.
Es un bocado difícil de tragar el caso que inicialmente se lo quiso politizar pero por ahora nos obliga a analizar en familia lo que pudo haber acontecido y nada mejor que buscar lo que está escrito en el libro de la sabiduría en torno a la relación padre-hijo.
Mateo 15: 4: Pues Dios ordenó: cumple tus deberes con tu padre y con tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre debe ser condenado a muerte.
Efesios 6: 4 “Y a ustedes padres, no sean pesados con sus hijos, sino que edúquenlos usando las correcciones y advertencias que pueda inspirar el señor”.
CARTA PARA LAS PSICOLOGAS
ResponderEliminarTodas las instituciones educativas tienen uno o más profesionales de la sicología y mi reclamo va dirigido a ellos. Señoras y señores estén mas alertas y hagan valer sus diplomas.
Las mamás observamos y tenemos intuición, mal presentimiento, a veces pesadillas, Entre amigos, los niños y los jóvenes no lo saben distinguir, la responsabilidad recae en los mencionados profesionales quienes por horas acompañan en escuelas y colegios el comportamiento de los pequeños potenciales psicópatas, los violentos, los cleptómanos, los racistas, los nazis, los con inclinación delincuentes, esquizofrénicos o hiperactivos.
Al detectarlos le queda la alta responsabilidad de llamar a sus padres o responsables e intimarlos a encaminar sus hijos enfermos a los tratamientos pertinentes.
La negligencia o simple silencio de estos profesionales está quedando muy cara para la sociedad y para el aparato Estatal, ya que, las consecuencias son cada vez mas trágicas.
El caso del Joven secuestrado y asesinado en Ciudad del Este es emblemático, la frialdad e insensibilidad de los involucrados revela problemas gravísimos de conducta que deberían haber sido detectados desde la primera infancia o en la adolescencia de los mismos.