La prensa está fallando gravemente en su rol de formar opinión pública en varios aspectos. En los últimos meses asistí a audiencias públicas, seminarios, talleres en los que se discutían temas trascendentes. Vi que la prensa concurre al acto inaugural y si va un personaje importante, al acto de clausura y lo que hace es “cubrir” informativamente los discursos, la cáscara, de apertura o de clausura. El caracú no aparece en los medios.
El último acontecimiento que me llamó la atención fue el relacionado con el Seminario de Transferencias Monetarias con Corresponsabilidades (TMC) porque ahí se planteaban los pilares de la política social del gobierno y de cómo se utilizarán recursos inmensos para combatir la pobreza extrema y su componente más dramático: el hambre.
Resulta que estamos hablando de algo parecido a lo que en Brasil fue un golazo de media cancha “Programa Hambre Cero” y que aquí apenas mereció la atención de los medios.
Una atención penosa si consideramos los espacios y el enfoque paupérrimo que mereció y si entendemos que los medios son -supuestamente- instrumentos que nos aproximan a una realidad social en la que conocer cuanto sucede en nuestro entorno nos atañe de lleno y es, además, capital para tener un más certero criterio a la hora de tomar decisiones.
Si yo me hubiera formado una “opinión pública” del plan social del gobierno que estriba en el proyecto Tekoporá en base a lo que la prensa publicó, hubiera sido injustamente un critico inmisericorde del programa.
Felizmente, no se ni cómo, recibí una invitación desde la órbita del Ministerio de Hacienda a uno de mis correos electrónicos menos utilizados para asistir al seminario que les comenté.
Me llamó la atención que la invitación fuera de Hacienda pero todo se explica porque el gobierno quiere llevar en forma paralela su política económica y su política social, bajo el liderazgo de Hacienda con lo cual garantiza recursos, sobre todo para lo social.
Sabemos que en todo estos años, a la hora de recortar presupuestos, Hacienda le metía la tijera a los recursos destinados a programas sociales lo que ahora va a ser más difícil porque el costado social si bien es liberado por Hacienda cae bajo la atención prioritaria del gabinete social que quiere decir el mismísimo sillón de López pero no de López Perito.
Experiencias positivas, según informes
El programa social contra la pobreza extrema que ha estado en fase de observación en los últimos doce meses cuando alcanzó a unas 65 mil familias que recibieron un promedio de entre 250 mil y 290 mil guaraníes mensuales (entre 51 y 59 dólares mensuales según el tipo de cambio vigente) ha sido evaluado según señalan desde el Gabinete Social, con alentadores resultados.
Estos indican que aumentó la escolaridad de los niños y jóvenes de las familias asistidas, mejoró la concurrencia a puestos de salud, mejoraron los controles prenatales de mujeres embarazadas; mejoró la participación en actividades comunitarias así como la construcción de ambientes saludables.
Asimismo, comentarios de Hugo Roig en el Seminario de TMC hicieron alusión al mejoramiento de la producitvidad de agricultores beneficiados por bonos alimenticios y el subsidio.
Es fundamental que la ciudadanía se involucre en un programa de esta naturaleza a fin de ejercer un control social y evitar desvíos pero ello no será viable si la prensa se apea de su rol fundamental con un desempeño irresponsable como el que señalamos en este artículo.
Entendemos que también los medios pasan por problemas de pobreza extrema y este es un fenómeno mundial que en muchos casos se pretende superar con subsidios públicos, tal como se hace con los que pasan hambre pero nosotros, no estamos de acuerdo con eso.
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