¿Seccionales coloradas llevaban el dinero que hoy va a atención médica gratuita de ciudadanos?

Sería bueno que el gobierno informe fehacientemente de dónde sale el dinero que hoy le permite apechugar la atención sanitaria gratuita en los centros administrados por el Ministerio de Salud Pública. Se comenta que son recursos rescatados de fuentes que antes alimentaban a las seccionales coloradas.

Si esto es así, es bueno que la ciudadanía conozca la verdad para entender de una vez por todas cómo se manejó la cosa pública y combatir la miopía ciudadana.
Sabemos que con el dinero de todos los paraguayos, las seccionales proveían cajones mortuorios para sus correligionarios, atención médica, sueldos a operadores políticos partidarios, sin trabajar y que el dinero era rifado de ese modo entre unos cuantos privilegiados que destinaban parte de los recursos a sus correligionarios y el grueso de los fajos de billetes eran separados para el encumbramiento inmoral de la calidad de vida de los seccionaleros.

Reorientar mejor
Aún hace falta destinar mejor el dinero de todos porque vemos que orienta por ejemplo
a la construcción de estadios polideportivos y otras obras que no son prioritarias si consideramos la necesidad de más ambulancias y combustibles para esos vehículos.
Muchos ciudadanos de escasos recursos se ven obligados todos los días a circular kilómetros y kilómetros en busca de salud porque aunque existan médicos en las cercanías, no disponen de equipamientos básicos como aparatos radiológicos, ecógrafos, equipos de terapia intermedia por lo menos, etc., y deambulando por los caminos, encuentran una penosa muerte.

Que a los ladrones no les sea fácil engañarnos
Es preciso que el dinero que antes se robaba y que ahora se administra mejor, sea reorientado según prioridades inteligentemente establecidas.
Pero además de saberse que se evita el robo, es preciso saber quienes robaban, cómo y a donde iba el dinero.
Es fundamental porque entonces cuando reclamen nuevamente nuestros votos sabremos elegir y no cometeremos el error de dar nuestros votos a los ladrones porque nos hacen grandes promesas electorales.