La expresión "no bajar los brazos" como queriendo indicar no claudicar, se origina en la Biblia particularmente en el capítulo 17 de Exodo que narra una experiencia tragica con un ingrediente de humor y de gran sabiduría.
Al final la enseñanza bíblica es aplicable a lo que pasa en el video.
Los judíos acababan de cruzar el Mar Rojo a pie y transitaban por el valle de Amalec en pleno desierto.
Bajo el mando de Josué, peleaban contra los amalecitas y Moisés mientras tanto oraba en un cerro con los brazos en alto.
Cuando bajaba los brazos, el enemigo prevalecía pero cuando los levantaba, los judíos volvían a sobreponerse.
Acalambrado, Moisés no sabía más qué hacer para mantener en alto sus brazos y se le ocurrió a Aarón sentarlo en una piedra y ayudarle a mantener en alto un brazo y del otro lado, Hur hacía lo mismo.
De ese modo lograron que el gran Profeta no bajara los brazos hasta el atardecer para garantizar la victoria de los judíos. La enseñanza del capítulo es que el esfuerzo es de los hombres pero Dios es la fuente de poder. Además, los líderes deben involucrarse profundamente con una causa hasta el final.
El encuentro de basquetbol, entre los equipos de Cibona (Croacia) y Partizan (Serbia) tiene un final dramático, también con una enorme cuota de humor y una extraordinaria enseñanza: Nunca hay que bajar los brazos.
Faltando 0,6 segundos para el final del partido los cibonenses -tras una extraordinaria canasta- cantaron victoria antes de tiempo. Baile en las gradas, cánticos, fiesta.
Celebraron orgullosos sin sospechar en su ingénua alegría que en menos de un segundo había tiempo para el certero tiro partizano y no estaban ni Aarón ni Hur para ayudar.
Abajo, otra perspectiva del final del encuentro.
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