Se publicó en estos días que al Estado paraguayo le cuesta anualmente U$ 20 millones (cerca de G. 100 mil millones) la atención de unos 13 mil accidentados motociclísticos. Ese gasto es cargado a los contribuyentes porque no se les cobra un seguro a los motociclistas. La solución debe ser que no se venda una sola moto mas sin que el comprador contrate un seguro. Seguir tal como ahora, sería una irresponsabilidad política y una irracionalidad económica.
El gran problema paraguayo es que somos grandes diagnosticadores y pésimos solucionadores. Nos pasamos produciendo diagnósticos que llenan los cajones para que se tejan telarañas sobre ellos.
Hay 700 mil motociclistas y anualmente casi el 2% de ellos se accidentan. Conductores y pasajeros reciben costosa atención (radiografías, amputaciones, implantes, largas internaciones) con los costos adicionales que implican la alimentación, medicación, uso de materiales, etc.,etc.
Dramático índice
Las cifras publicadas revelan que se registran diariamente en el país un promedio de 35 caídas y choques de motociclistas y que un considerable índice afecta a borrachos al mando de una motocicleta.
Está claro que los borrachos no pueden alzarse con tanto dinero de los contribuyentes para su atención sanitaria post accidente. No es justo ni inteligente ¿Qué estamos fomentando?
El seguro contra accidentes obligatorio para quien adquiere una motocicleta debería beneficiar además a por lo menos un pasajero y por qué no a más ya que es frecuente ver familias enteras en un biciclo.
Es preciso pues que los parlamentarios que muchas veces gastan tiempo en debates disparatados, consideren hacer un uso más útil de su tiempo sancionando legislaciones justas y oportunas para contrarrestar por ejemplo estos descomunales gastos con los que los accidentes motociclísticos terminan desangrando el presupuesto sanitario nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario