lunes, mayo 24, 2010

Permitanme sospechar que muchos asaltos tienen que ver con el financiamiento de campañas electorales

Estamos a punto de comenzar a vivir la fiebre de las propagandas electorales -en muchos casos ilegalmente ya se anticiparon- y curiosamente hemos comenzado a vivir una andanada con características epidémicas de asaltos a bancos y a casas particulares. Permitanme sospechar.

De improviso aumentó la ola delictiva y se informa que en distintos puntos, enmascarados o a cara descubierta asaltan, roban o intentan atracos.
Bancos, casas de familias pudientes, cajeros automáticos, transportes de caudales, gasolineras, farmacias, supermercados, en la mira de los ladrones.

Sabemos cómo son las cosas
Al mismo tiempo, hay partidos políticos y grupos que intentan posicionarse de cara a las próximas elecciones municipales y que al perder el control del dinero público al cual echaban manos para financiar sus campañas hoy no tienen la plata dulce para convocar a sus electores.
Todos sabemos que hay electores que sólo se mueven con petaquitas de aguardiente y latitas de carne en conserva con pan.
Todos sabemos cómo se manejaban los políticos colorados cuando estaban en el poder y hace unos días el ex senador Blas N. Riquelme lo dijo muy claramente que el líder colorado exitoso debe ser ladrón, sinvergüenza y grosero.
Sabemos también que hay electores que además venden su voto el día mismo del sufragio. Fueron malacostumbrados durante mucho tiempo en que sus dirigentes estuvieron en el poder y si no hay sobornito, no se apoya a los candidatos. Permitanme sospechar.
Recuerdo que en vísperas de las elecciones anteriores, arreciaba el contrabando de productos y sectores empresariales vincularon claramente el aumento del ilícito con objetivos relacionados al financiamiento de campañas electorales.
Era evidente que había complicidad de las autoridades aduaneras que relajaban el control de ingreso de mercaderías.

Control ciudadano
Entonces, sospecho que esta ola de robos tiene también un propósito recaudatorio para grupos políticos y más que nunca los organismos de la sociedad civil que fiscalizan el tema deben contar con el mayor apoyo ciudadano posible para que cumplan cabalmente su misión.
Que todos sepamos cómo se financian los candidatos y que todos seamos informados quienes se niegan a transparentar su fuentes de financiamiento para tenerlos en cuenta a la hora de votar.

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