Una cosa es la agenda ciudadana y otra diferente la a veces incomprensible agenda de los partidos políticos. La ciudadanía quiere cambios sustanciales, mejoramientos visibles en la gestión del Estado pero, hay partidos que no tienen claro lo que quieren porque cuando se plantea una reforma estructural del aparato estatal para que sea más eficiente y menos oneroso, anteponen sus prioridades sectarias que dejan al descubierto que los intereses generales no forman parte de sus propósitos principales.
Cuando se presentó la iniciativa de reorganizar el Poder Ejecutivo para eliminar la duplicación de instituciones que se ocupan de un mismo tema, colisionan en su gestión y dispersan innecesariamente el gasto público, el Partido Colorado salió con demandas muy partidarias y personales que escapan al interes general.
Ahora que se habla de que se hará una presentación similar para pedir la participación del Partido UNACE en el diseño de la reestructuración del aparato público, surge que se escuchará la propuesta presidencial solamente si el Jefe de Estado explique por qué dijo que Lino Oviedo es golpista. De lo contrario, no.
Es decir, se supedita lo que es de interés público a una cuestión personal y muy particular lo que revela -aunque suene raro- la escasa vocación de gobierno que tienen ambos partidos colorados ya que UNACE es una escisión de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado.
Estas actitudes son asumidas por los opositores sin ningún rubor y proyectan una imágen penosa sin percatarse de que la ciudadanía los monitorea y percibe claramente que no responden a las expectativas de ser factores del cambio que se desea para la nación.
Si a la ANR y a UNACE se les consulta, se les pide participación para producir un cambio que el país espera y no llenan las expectativas, lo que están haciendo es borrarse de la consideración ciudadana.
Exactamente renuncian a ser opción válida para propuestas electorales porque no ofrecen soluciones novedosas y viables sino que por el contrario, son factores retardadores e inservibles a la nación.
De ese modo, tales partidos políticos no nos sirven a los ciudadanos.
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