La descomunal descoordinación entre fuerzas militares y policiales en Hugua Ñandú que produjo un enfrentamiento, felizmente sin daños colaterales, no producirá decisiones firmes del gobierno del modo que medio país espera. Se buscará la calma y resolverlo de un modo ecuménico. Nada de rodada de cabezas, sino que tal vez cambios, traslados y cosas así.
Los políticos han acusado de falta de coraje o ausencia de liderazgo al Presidente de la República pero la verdad es que hay que entender a esta altura que se trata del estilo episcopal que Lugo trajo al gobierno en cuanto a manejo de situaciones de crisis.
Del mismo modo que el Papa Benedicto XVI prefirió encubrir, trasladar, callar, minimizar los escándalos de pederastía porque ese es el modo de actuar en la jerarquía de la Iglesia, justamente es el estilo que aplica el ex obispo.
Se trata de una cuestión cultural que impregna cada célula de Lugo.
No hay falta de liderazgo sino que se trata del ejercicio de un liderazgo diferente al que tradicionalmente manejan los políticos.
Decir que el “estilo político” es mejor tampoco es indiscutible porque al menos en Paraguay ha estado plagado de corrupción y las rodadas de cabezas eran gatopardistas. Se cambiaban personajes para que todo siguiera igual.
No a todos gustará el estilo ecuménico pero lo que habrá que evaluar es el resultado.
Hay que entender que tanto las Fuerzas Armadas como la Policía Nacional también están en proceso de cambio.
De ser factores protectores de los regímenes políticos, están recibiendo misiones diferentes para las que no están muy bien adiestradas (es eso lo que se percibe) y además hay que administrar los celos institucionales que siempre existieron entre militares y policías.
Esta batahola servirá para plantear las diferencias entre ambas fuerzas y buscar una reorientación de vínculos, alineada a los intereses superiores de la Nación.
Otro aspecto es que la escaramuza de Huguá Ñandú es una anécdota en el marco del propósito de la presencia de militares y policías en la zona y la declaración del Estado de Excepción.
El objetivo principal es combatir y desarticular la organización terrorista Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP).
Y ese es el resultado que todos esperamos.
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