El hecho de que la Casa Blanca tenga ratas le da incomparable vigencia al dicho de “en todas partes se cuecen habas”, claro, las habas que alimentan también a los ratones que no siempre son paranoicos.
Animales democráticos los roedores, producen una igualación entre la morada del más poderoso jefe de Estado y por ejemplo Mburuvicharoga (en guaraní la casa del cacique), donde también hay ratas acompañando a Fernando Lugo.
Claro que hay diferencias porque evidentemente la rata de la Casa Blanca es regordeta y claramente sobrealimentada (foto del diario El Mundo).
Ella, orondamente cruzó el escenario montado para que el presidente Obama explicara a la nación algo que al final nadie -fuera de los EE.UU.- le dió importancia porque la trascendencia la robó la indeseada inquilina de la presidencial norteamericana.
Hay que admitir que Bill Clinton tuvo la sabiduría de llevar a su gato “socks” a Wshington y mientras él gobernó, el felino reinó en la casa.
Lo concreto es que por un momento el Ratón Mickey cedió protagonismo en la globalizada prensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario