sábado, mayo 22, 2010

Por un momento la rata de la White House, mascota de Obama, robó protagonismo al famoso ratón Mickey

El hecho de que la Casa Blanca tenga ratas le da incomparable vigencia al dicho de “en todas partes se cuecen habas”, claro, las habas que alimentan también a los ratones que no siempre son paranoicos.
Animales democráticos los roedores, producen una igualación entre la morada del más poderoso jefe de Estado y por ejemplo Mburuvicharoga (en guaraní la casa del cacique), donde también hay ratas acompañando a Fernando Lugo.
Claro que hay diferencias porque evidentemente la rata de la Casa Blanca es regordeta y claramente sobrealimentada (foto del diario El Mundo).
Ella, orondamente cruzó el escenario montado para que el presidente Obama explicara a la nación algo que al final nadie -fuera de los EE.UU.- le dió importancia porque la trascendencia la robó la indeseada inquilina de la presidencial norteamericana.
Hay que admitir que Bill Clinton tuvo la sabiduría de llevar a su gato “socks” a Wshington y mientras él gobernó, el felino reinó en la casa.
Lo concreto es que por un momento el Ratón Mickey cedió protagonismo en la globalizada prensa.

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