lunes, mayo 08, 2006

Corrupción periodística: Medios sustituyen rol de la justicia y así absuelven o condenan

La prensa paraguaya condena, la prensa absuelve. Los medios han sustituido virtualmente a la Justicia por dos razones fundamentales. Porque la Justicia paraguaya es morosa y porque los medios y los periodistas se sienten cómodos “impartiendo justicia”. Estamos ante un panorama grave y peligroso porque no pocas veces se plantea el contrasentido de que la prensa se ubica al servicio del crimen.


Cecilia Cubas estaba secuestrada y la prensa se ubicaba en el pináculo del exceso de protagonismo. De improviso, una orgullosa movilera anuncia a su audiencia que una delegación judicial y policial emprende una rauda carrera para allanar un local en la zona de Limpio.
El resultado fue lógico. Los presuntos implicados huyeron alertados generosamente por la prensa radial. En cualquier otro país, la movilera y su medio hubieran sido querellados por presunta complicidad con el crimen organizado. Sólo hubo una reunión en la que se recomendó más prudencia a los medios y los parientes de Cecilia hicieron un llamado a la serenidad y sentido común mediático.
Los medios son importantes factores de transparencia e información sobre los acontecimientos que interesan a la sociedad. Sin embargo en muchos casos avanzaron más allá y se apropiaron de roles que no le pertenecen y muchas veces han sido víctimas de manipulación por parte de los abogados que los utilizan para presionar a los jueces en sentido favorable a sus intereses o los de sus clientes.
Y no siempre estos casos, así manejados, responden sólo a una ingenuidad del periodista. En efecto, no son pocos los casos en los que la manipulación es propiciada y concertada. De ese modo se concreta un acto de corrupción periodística que hace mucho daño a la sociedad.
Periodistas que se venden y se compran y que posicionan la causa de un procesado según el valor del acuerdo con el abogado de marras.
José Pepe Costas, columnista de Ultima Hora y expositor en un reciente seminario sobre transparencia y acceso a la información judicial cuando RESCATAR planteó el tema de que la prensa se arroga el papel de juez que no le corresponde, respondió que efectivamente muchos hombres de prensa se sienten cómodos desarrollando esa función que les permite encumbrar su poder.

El egoismo mediático
Dijo más. Que hay medios y periodistas que cuestionan el proyecto de legislación de libre acceso a la información pública porque al democratizarse ese acceso a cualquier ciudadano, los medios perderían el rol de únicos mediadores entre la fuente y el público. Perderían poder y sabemos que eso implicaría debilitar más concretamente el poder de facturación.
Hugo Rubín reconoció que se producen desprolijidades pero atribuyó el hecho a que ante la falta de respuestas de la Justicia así como de empresas de servicios que no resuelven los problemas de los consumidores, estos, recurren a los medios. Puntualizó su parecer de que en cada medio deberían establecerse reglas éticas para poner límites y transparentar el papel de los periodistas.
Había periodistas de varios medios en la sala pero curiosamente esta parte del debate no apareció ni de soslayo en las publicaciones sobre el seminario lo que desde luego refleja el enorme déficit de autocrítica.
Cuando concluyó esa parte de las deliberaciones, varios magistrados se acercaron a nosotros a decirnos que tienen demasiadas quejas que hacer a la labor de la prensa en los términos que planteamos en el debate pero que no se animan porque son señalados con el dedo por los periodistas.
Nos preguntaron el medio al que pertenecíamos y dijimos que escribíamos para una página de periodismo ciudadano ¿Qué es periodismo ciudadano?, me preguntaron entonces y les expliqué que es periodismo pero desde la óptica del hombre masa que a diferencia de un periodista de medio empresarial, puede decir que el ingeniero o el arquitecto que construyó el Hotel Excelsior es un miope y torpe al punto de que colocó dos pilares en medio de la sala de convenciones que impiden ver a mucha gente, las pantallas donde se proyectan las exposiciones.
Yo puedo decir eso, les dije, sin temor a que el gerente del Hotel, llame al gerente del medio a decirle que retira sus avisos o a pedirle que en defensa de los intereses económicos manejados entre las dos empresas, sancione al comunicador. O bien que el gerente del hotel, se deje seducir por una propuesta de espacio publicitario gratuito para calmar su enojo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario