jueves, mayo 11, 2006

Problemas ambientales transfronterizos: Llegó el momento de romper la apatía

Nos dan con todo y no decimos nada. El Pilcomayo trae mercurio, cadmio y otros metales pesados bolivianos que contaminan peces y la parte del Chaco paraguayo que riega; papeleras argentinas siguen lanzando efluentes tóxicos al Paraná desde hace décadas; el Río Apa es succionado por empresas brasileñas; Brasil vierte toneladas de contaminantes a varios afluentes del Paraná. Ante tales crímenes transfronterizos contra el ambiente y nosotros, seguimos impasibles aunque felizmente parece que se avizoran acciones de la mano de un núcleo de parlamentarios, la SEAM y organizaciones de la sociedad civil, para levantar la voz, reclamar y hacer cumplir lo que se promete en las cumbres y en los tratados.

Un interesante foro sobre los problemas ambientales transfronterizos tuvo lugar en el Congreso Nacional con participación de ese poder del Estado, representantes del Ejecutivo y de la sociedad civil. Si bien se presentó un cuadro preocupante de agresión contaminante que recibe el Paraguay y el ambiente que no conoce de fronteras, se acopiaron visiones y propuestas de alto valor para legislar y elaborar políticas de defensa de los intereses nacionales.
La Secretaría del Ambiente, presentó un inventario de los problemas más graves que soporta la zona fronteriza de nuestro país y el enfoque fue enriquecido por abordajes desde la óptica legal, diplomática y sanitaria.
Hablaron entre otros la doctora Sheila Abed del Instituto de Derecho y Economía Ambiental (IDEA) y presidenta de la Comisión de Derecho Ambiental de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Fue también expositor el viceministro de Relaciones Exteriores de Asuntos Políticos, Emilio Giménez Franco quien señaló que el país no tiene controversias con sus vecinos sino que busca resolver por la vía del diálogo sus problemas. Este enfoque le mereció la crítica del diputado Manuel Del Puerto quien disparó contra la desidia del gobierno.
Es comprensible que no haya controversias si el Presidente de la República que fue elegido por el pueblo para que defienda sus intereses, no cumple con su función, le dijo.
Otro abordaje intensamente cuestionador por la inacción diplomática y política ante la gravedad de la agresión contaminante que recibe el Paraguay de todos sus vecinos, fue el que aportó el profesor doctor Fernando Constantini. Particular énfasis puso en el aporte de metales pesados que el Pilcomayo trae desde las minas de Potosí y que está en los pescados que consumen poblaciones ribereñas y en el agua que riega pasturas ganaderas.
El planteo se trasladó entonces al frente sanitario donde se habló de enfermedades transmisibles que están trayendo a la frontera los “garimpeiros” (buscadores de oro en la zona del Pantanal) y el dengue que el país importa del Brasil además del riesgo de incorporar de nuevo la fiebre amarilla desde esa fuente.
Constantini expresó por otro lado que proyectos de legislación sobre el agua que ayudarán a definir una política sobre aguas en nuestro país, están cajoneados en el Parlamento. Una vez que se expusieron los perfiles del rezago paraguayo en materia de legislación y de acción, se tendieron los hilos para articular fortalezas y se elogió la iniciativa de la Comisión de Ecología, Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados que organizó este primer foro que permitió recoger ideas e inquietudes a partir del análisis y debate sobre los distintos problemas ambientales transfronterizos que actualmente involucran al Paraguay y a los países vecinos.
La convocatoria a deliberar se extendió a la sociedad civil, así como a los representantes de organismos públicos, gobiernos extranjeros, gobiernos departamentales y municipales, entidades binacionales y fue un ejemplo de participación ciudadana.
El Foro fue totalmente grabado y las opiniones recogidas tendrán carácter consultivo.

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