Artavia continuó su conferencia explicando que -a través de casos de deportistas y clubes famosos que analizó como parte de su labor pedagógica- pudo descubrir lo que el fútbol significa hoy en términos de una actividad comercial. Estos casos sirvieron para destacar aspectos que tienen que ver con la promoción de valores, talentos, creatividad, turismo, mercaderías diversas y otros, además del impacto que esto genera en los medios de comunicación y en las comunidades, donde -por ejemplo- los niños al jugar los partidos de barrio, simulan ser sus estrellas favoritas, y los adultos para ver a su equipo o su país jugar se visten o usan atuendos deportivos alegóricos.
La fuerza comunicacional de un equipo
“La estructura de ingresos de un equipo sobresaliente hoy, muestra que el 56% de sus ingresos están dados por su funcionamiento como un medio de comunicación y no como un equipo de fútbol y esa es la realidad de esta industria” expresó el Dr. Artavia al comentar el caso del club Real Madrid de España, “…por lo que uno se pregunta: ¿Qué vende el Real Madrid? La respuesta es: entretenimiento, identidad, sentido de pertenencia, cultura, moda, y una cantidad inmensa de productos de todo tipo”. Los clubes de fútbol tienen marketing, comunicación e impacto social.
Los clubes, poseen un inmenso poder de convocatoria como aglutinadores naturales de las comunidades a las que representan. Poseen además una infraestructura (en general subutilizada) que se puede abrir al público, generando ingresos y además fortaleciendo la identidad de la comunidad. El público tiene una identificación plena de la marca (en este sentido las empresas están buscando nuevas formas de contacto con los ciudadanos) con la que se pueden promover valores deseables como la disciplina, el esfuerzo, el trabajo en equipo y donde los jugadores funcionan como ejemplo pues estos marcan una presencia en la comunidad y en los medios. Al abrirse a sus comunidades, ofreciendo sencillos servicios que capitalizan intangibles, el club no sólo mejorará su desempeño económico, sino que además servirá de canal de transmisión de valores al público general.
La responsabilidad social en el fútbol…
Por otra parte, un club no puede ser exitoso si no apoya a sus empleados y jugadores para que se aseguren un trabajo estable y digno al terminar sus carreras futbolísticas. Si seguimos actuando como hasta ahora, dentro de unos años nadie querrá ser jugador por miedo a quedarse sin trabajo y sin un futuro a los 35 años de edad, por no haber tenido estudios adicionales y no haber previsto una actividad comercial al terminar la carrera futbolística.
En cada club, deben existir programas de capacitación “para la vida” de sus empleados y jugadores, teniendo enlaces y pasantías con empresas de la comunidad, programas de asesoría financiera, inversión en planes de retiro e incorporación familiar al proceso, pues es necesario que quien se retira de la industria siga una vida exitosa en términos de empleo y seguridad.
En resumen, para posicionarse como un canal de Responsabilidad Social Empresarial, los clubes de fútbol deben cumplir con sus obligaciones internas tanto con jugadores como con su personal, mejorar el desempeño de la industria y proyectarse a la comunidad más consistentemente.
(AVINA Asunción)
Lea el texto completo>>
La fuerza comunicacional de un equipo
“La estructura de ingresos de un equipo sobresaliente hoy, muestra que el 56% de sus ingresos están dados por su funcionamiento como un medio de comunicación y no como un equipo de fútbol y esa es la realidad de esta industria” expresó el Dr. Artavia al comentar el caso del club Real Madrid de España, “…por lo que uno se pregunta: ¿Qué vende el Real Madrid? La respuesta es: entretenimiento, identidad, sentido de pertenencia, cultura, moda, y una cantidad inmensa de productos de todo tipo”. Los clubes de fútbol tienen marketing, comunicación e impacto social.
Los clubes, poseen un inmenso poder de convocatoria como aglutinadores naturales de las comunidades a las que representan. Poseen además una infraestructura (en general subutilizada) que se puede abrir al público, generando ingresos y además fortaleciendo la identidad de la comunidad. El público tiene una identificación plena de la marca (en este sentido las empresas están buscando nuevas formas de contacto con los ciudadanos) con la que se pueden promover valores deseables como la disciplina, el esfuerzo, el trabajo en equipo y donde los jugadores funcionan como ejemplo pues estos marcan una presencia en la comunidad y en los medios. Al abrirse a sus comunidades, ofreciendo sencillos servicios que capitalizan intangibles, el club no sólo mejorará su desempeño económico, sino que además servirá de canal de transmisión de valores al público general.
La responsabilidad social en el fútbol…
Por otra parte, un club no puede ser exitoso si no apoya a sus empleados y jugadores para que se aseguren un trabajo estable y digno al terminar sus carreras futbolísticas. Si seguimos actuando como hasta ahora, dentro de unos años nadie querrá ser jugador por miedo a quedarse sin trabajo y sin un futuro a los 35 años de edad, por no haber tenido estudios adicionales y no haber previsto una actividad comercial al terminar la carrera futbolística.
En cada club, deben existir programas de capacitación “para la vida” de sus empleados y jugadores, teniendo enlaces y pasantías con empresas de la comunidad, programas de asesoría financiera, inversión en planes de retiro e incorporación familiar al proceso, pues es necesario que quien se retira de la industria siga una vida exitosa en términos de empleo y seguridad.
En resumen, para posicionarse como un canal de Responsabilidad Social Empresarial, los clubes de fútbol deben cumplir con sus obligaciones internas tanto con jugadores como con su personal, mejorar el desempeño de la industria y proyectarse a la comunidad más consistentemente.
(AVINA Asunción)
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