“Muy linda es Asunción” me dijo el turista mientras yo estaba por cruzar la avenida Mariscal López. Apuntaló mi autoestima pero no sabía lo que se venía luego:
Turista: Cuánto habrá invertido el Citibank en este edificio....
Yo: (No le respondí porque él sólo estaba haciendo un comentario)
T: ...y no previeron el detalle de que tanta belleza de líneas iba a encontrarse con eso.
Y: (Llevé la mano a la barbilla tratando de descifrar que era “eso” que no le gustaba al señor y que en la arquitectura de la casa bancaria no cuajaba según su criterio).
T: Eso es lo que deben corregir los de Asunción para que su ciudad luzca su belleza.
Y: Tiene usted razón señor, fijese que es un tema pendiente de decisión por parte de las autoridades y nosotros mismos sufrimos las consecuencias porque un pequeño ventarrón suelta los cables e interrumpe el servicio de luz, teléfono y también de TV por cable.
En realidad estaba tratando de justificar a la intendente Evanhy, a los parlamentarios, al Ministro de Obras Públicas y al Grupo Clarín, usuario de las columnas para el tendido de su servicio de TV por cable.
Todos ellos son culpables del cablerío infernal que contamina la visual asuncena y nos presenta como desfachatados, descuidados, desorganizados, carentes del sentido de respeto, incapaces de comprender “lo público”, atrasados e irresponsables.
No tengo idea de cuánto costará replantear el tendido de energía eléctrica, teléfonos y otros por vía de tuberías pero sería bueno empezar a idear una solución a esta mamotrética y desgreñada red, desordenada, caótica, intrincada y fea, nido de ratas, cucarachas y lagartijas, criadero de arañas, grillos y termitas.
Un resabio del siglo pasado espantoso y lamentable.
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