"Yo puedo decir barbaridades porque para eso está justamente la inmunidad parlamentaria" asegura el senador Alfredo Luis Jaeggli. Ya sabemos que los parlamentarios generalmente dicen barbaridades pero lo que no se había señalado hasta ahora lo plantea Jaeggli: Decir barbaridades es un derecho parlamentario.
La explicación jaeggliana se dió porque la abogada Sara Parquet de Ríos le entabló una demanda luego de que el político dijera que ella es jefa de la gavilla del Poder Judicial. En otras palabras, líder de una banda mafiosa.
Jaeggli cree que está en su justo derecho cuando trata así a los ciudadanos de quienes teóricamente es su legítimo representante.
Como si todo fuera poco, el Congreso le autoriza a pagar del dinero de los contribuyentes a los abogados de su partido que lo defienden en los estrados judiciales.
Hace unos días, se cuestionó severamente al Presidente de la República porque sus partidarios dijeron en un mitin que iban a “barrer el Parlamento” como dejando entrever que precisa de un proceso de limpieza.
Con senadores como Jaeggli tendremos que ponernos de acuerdo con que hay mucha basura el el Congreso y que aquellos oradores tenían razón.
Por declaraciones mucho menos escandalosas se busca siempre el juicio político al Presidente de la República.
Si los congresistas no le hacen un juicio político a Jaeggli pierden credibilidad, pierden la vergüenza y finalmente pierden el respeto.
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