El presunto "remeragate" que denuncia abc color

Cuando los afiches o remeras van contra personajes que no le caen simpáticos a abc color, el medio lo toma como un ejercicio de libertad de expresión. Cuando no le conviene la inscripción en tales afiches o remeras, sobreviene el escándalo e instala la teoría de la conspiración. En tiempos de la dictadura de Stroessner hubiera sido comprensible la actitud pero no en estos días.

No vemos la razón de tanto escándalo por la impresión de remeras con la leyenda “abc iyapu” (abc miente) y se interprete que se trata de una “vil iniciativa que amenaza no sólo a ABC Color, sino a otros medios de comunicación y a la libertad de expresión en el Paraguay”.
A todas luces esto configura un abuso discursivo que incluso desnuda una situación de tremenda debilidad.
He seguido muy de cerca el discurso de Lugo con relación a los medios y también sus actitudes.
Me he bancado los Foros de la Comunicación realizados por la SICOM y participé de debates y nada, absolutamente nada me dibuja un perfil posible de ataque gubernamental a los medios.
Antes bien, busca diversificar, democratizar el acceso a informar de los más variados sectores y defiende la existencia de radios comunitarias y propone el fortalecimiento de los actuales medios públicos así como la creación de otros más -por ejemplo la TV pública- con ese propósito.

Una sola vara para medir
Del mismo modo que las remeras “soy hijo de Lugo” o las pegatinas “los coquitos de oro de Camilo”, son parte de la libertad de expresión popular, las remeras "abc miente" entran en ese juego.
Esto ya lo dijimos antes: cuando abc color recibe elogios, eso es libertad de expresión y cuando es criticado, entonces se está ante una campaña que busca cercenar la libertad de expresión e instaurar en el país un sistema totalitario.
El diario no debería usar varas diferentes para medir circunstancias similares simplemente porque fortalece la percepción de que es un medio sectario, injusto.
Debería ser de una sola faz, tener un sólo cristal y si sospecha que las remeras fueron impresas por orden del Jefe de Estado y con dinero público, debería investigar y publicar una denuncia concreta.
Salvo que la real intención de denunciar una presunta campaña de amordazamiento tenga propósitos de marketing y apunte a atraer avisos y aumentar las ventas.
No está mal el objetivo pero en este caso el medio sería inmoral ya que no está bien embadurnar para triunfar.