“Me van a colgar por perder y no por nacionalizar”. Esta frase explica la preocupación del argentino Tata Martino (foto) que puede pasar a la historia como el director técnico de una “Selección Paraguaya de Mercenarios”.
Muchos aficionados al fútbol pensarán como él pero nosotros entendemos que la selección es un espacio que en lo posible, debe quedar reservado a figuras nacionales.
Partamos de una frase que pronuncia todo jugador en su etapa de formación: “¿A quien no le gustaría alguna vez ser llamado a la selección nacional?”.
Suena a reto y compromiso de quienes fortalecen esas esperanzas para bancarse el esfuerzo que deben hacer a fin de alcanzar ese objetivo por sus propios méritos.
El razonamiento del Tata se erige en un bloqueo para esa aspiración de muchos futbolistas jóvenes porque proyecta formar un equipo de mercenarios.
Mercenario
Se conoce como mercenario al soldado que interviene en un conflicto bélico por su beneficio económico y personal y en el que no se involucra ni ideológica ni políticamente con el bando para el que pelea.
Aplicado a un jugador de fútbol convocado a integrar un seleccionado nacional, siendo extranjero, implica que ni le viene ni le va el color de la camiseta.
No tiene ningún apego a ella pero representa para él una oportunidad de ganar buen dinero y ubicarse en un escaparate mundial para escalar posiciones en el mercado futbolístico.
Como su motivación es económica, su compromiso es por dinero y con el dinero.
No quiero decir que jugando por un equipo mañana aparece otro que le paga mejor y traiciona la camiseta pero queda claro que un futbolista así se maneja en el terreno del vil metal.
No vamos en rumbo correcto
Si las reglas de juego del mundial lo permiten, de todos modos desde nuestro punto de vista no estamos en el camino correcto.
¿Fútbol? Inglaterra tiene uno de los más competitivos y mejores del planeta por la presencia ahí de los mejores jugadores traídos de América, África, Asia y países europeos pero justamente tiene una de las más débiles selecciones europeas de fútbol.
Debilitó la formación de los mejores porque prefirió “mercenarizar” su fútbol.
En Paraguay estamos a punto de dar un paso diferente: se va a mercenarizar la selección, un espacio a a nuestro juicio debió quedar reservado a las mejores figuras nacionales.
Tal vez sea un romanticismo extemporáneo, una ocurrencia demodé, un pensamiento ingenuo. Me guío por otros valores. Disfruto de otras expectativas con relación al seleccionado.
Tal vez en una próxima publicidad, aparezca como el Mariscal José Félix Estigarribia promocionando cigarrillos o bebidas o celulares, el argentino Lucas Barrios, el sustituto del Salvador Cabañas, uno de los más sensacionales goleadores que creó el fútbol paraguayo en los últimos años, lamentablemente fuera de los campos de juego.
Tal vez.
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