El problema del predicador es que debe ser inmaculado. De lo contrario debe dar un paso al costado. Puede que el Papa tenga el poder de aferrarse a un cargo que es vitalicio pero será Papa en los papeles. De esto que estamos hablando lo sabe Jimmy Swagart un “pornopastor” descubierto en aventuras con prostitutas y hoy acabado como intérprete de la palabra. Camilo Soares se encuentra en la vía dolorosa. Cree que saldrá airoso.
El Secretario de Emergencia Nacional es una de las figuras prominentes del cambio. Fue uno de sus principales predicadores. Venía catapultado por un liderazgo juvenil de indiscutibles méritos.
Contra viento y marea luchó con éxito por el boleto estudiantil y nadie podía dudar de que tenía -dependerá de su defensa que lo siga teniendo- un futuro político promisorio.
Debe probar que hizo un correcto uso de alrededor de 1 millón de dólares de dinero público porque hallaron sombras.
El Fiscal más creíble de la nación lo ha imputado y lo investiga y no queda otra que soportar pacientemente el trago amargo que le toca vivir.
Es cierto pero...
En vano son sus lamentos. Tiene razón cuando expone que otros corruptos del coloradismo no fueron investigados como él.
El tema es que los corruptos del coloradismo son los bandidos a los que hemos echado a patadas en las elecciones del 20 de abril del 2008.
No son el ejemplo. El general Key Kanasawa pudo haber robado mucho dinero de la Secretaría de Emergencia Nacional y eso se verá y será castigado.
Camilo encarna lo nuevo, representa al cambio y es uno de sus grandes apóstoles. El joven político ejerció una labor pastoral en el campo político e irremediablemente debe pasar por el “escaner”.
En ese proceso deberá desnudarse ante todos, con los contratiempos de lo que esta figura que usamos implica.
Probablemente nadie nunca antes fue investigado de ese modo pero como lo hemos señalado, es irremediable para él.
No hay otra
Un aspecto positivo es que el Fiscal Arnaldo Giuzzio había pedido que no abandone el país, prohibición que se le impone a quienes pueden huir de la justicia. Camilo puso la cara, concurrió a la cita con el Fiscal y el fiscal no estaba.
Ya habrá otra cita y deberá armarse de paciencia para transitar por esta pasarela de tormentos. No hay otra.
Es inevitable porque ese es el cambio y los paraguayos querríamos que todos los sospechosos de usar el dinero público de un modo corrupto, transiten el mismo camino.
Él es el primero y no queremos que sea el último.
Camilo inaugura un estilo de control que deberá ser rutinario en el Paraguay en el que muchos políticos se enriquecen y para ello buscan el poder.
Pero en su caso, lo decimos con absoluta honestidad, queremos que Camilo Soares salga airoso.
Ojalá.
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